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El necio vale aún menos que su necedad.


Me ataca el frío y la realidad se patentiza en mi entrepierna. La edad la va marcando el estrechamiento de banda de temperaturas aceptables, pero no pasa nada, me encierro, me abrigo y espero a que pase el temporal escribiendo madrigales.
Y del encierro emergen pensamientos enredados: La astucia como herramienta de la emergencia personal [saca lo positivo del desastre y utilízalo para crecer, sobre todo si eres capaz de ver que el desastre iguala a los que lo padecen], las preferencias como forma de creer en el mundo que no se controla [si no sé de alguien querido durante mucho tiempo, prefiero imaginar cómo está que buscarlo y tener noticias ciertas].
(22:09) Por la tarde me llamó Mª Sol Perales desde la capital del reino para decirme que tiene libro infantil rematado y que quiere edición. Yo, encantado de recuperar la voz de la mejor hermana de cantante que conozco [Mª Sol es hermana de José Luis Perales] y con ganas de editar ese libro que seguro será molón; y así, de paso, lo mismo encontramos un ratito para vernos y reír.
Y luego charleta con Manolo Bruno, que me sìgue cayendo igual de bien que siempre por su cercanía, su afecto y su accesibilidad. Es un tipo para tratar de largo y aprender... no sé por qué, pero en algunas cosas me recuerda mucho a Luis Alberto de Cuenca... todo un señor [dos señores].
Y después vi a mi amigo Santiago Sevilla con su cosa empresaria y una seriedad que me preocupa, pues yo le recuerdo siempre sonriendo... Habrá que procurar algún encuentro en su agenda llena de responsabilidades mortíferas para contarle un par de chascarrillos que le hagan sonreír.
Y mail de José Antonio Sáinz... Más libros, más libros, más libros.
Jo.

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