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Mostrando entradas de marzo 6, 2022

Pasar de vivir a sobrevivir

Pasar de vivir a sobrevivir debe ser un trago difícil. En 2003 yo tenía un negocio boyante de puericultura y ropa infantil. Iba francamente bien y, ilusionado por aquella marcha positiva, invertía todos mis beneficios en mejorar la oferta que daba a mis clientes. Aquel año acababa de recibir todos los pedidos de temporada –hice una apuesta fuerte de compras–, tanto de ropa infantil como de puericultura, y lo pagué con todos los ahorros que había venido acumulando en los meses anteriores. Dos circunstancias negativas sucedieron a la vez: comenzó la guerra de Irak con la consecuente crisis económica y el aparato político sanitario de Castilla y León eliminó la sala de partos comarcal que había en Béjar… Me quedé con todo el material comprado y sin un clavel. Siempre fui positivo y comencé a buscarle las vueltas al trabajo, intentando acercarlo a mis gustos personales con la finalidad de sentirme algo más feliz, y, después de muchas vueltas y mucho esfuerzo, compré una imprenta a medias

SIN PALABRAS

 

Estamos en el final de un paradigma

Miro la prensa del día y me desmadejo al percibir netamente cómo evoluciona la destrucción del sistema decadente en el que nos ha tocado vivir. El capitalismo globalizado, lo dije hace mucho tiempo y lo mantengo, está en un proceso de autoeliminación que le lleva inexorablemente, tarde o temprano, a su desaparición como paradigma, produciendo eso que siempre ha supuesto el fin de las más grandes civilizaciones, que no es otra cosa que dolor, un insufrible dolor. Mirad la Historia y seréis capaces de percibir que estamos en el final de un ciclo, en el peligroso final de un ciclo par al que ya sufrieron las distintas civilizaciones imperantes en otros tiempos. Recordad, por quedarnos en lo cercano, que hubo una época en la que en España no se ponía el Sol hasta que llegó la sombra. Vivir un proceso de ruptura hegemónica es una mala suerte que nos ha tocado vivir y que les va a tocar padecer a nuestras futuras generaciones (con tristeza inabarcable pienso en mis hijos y en mis nietos), y