Lo circunstancial acaba siendo siempre el fundamental argumento para un cambio profundo en mi personalidad. Lo tengo claro. Cualquier cosa o persona que me llega sin querer y sin buscarla, termina llevándome a planteamientos personales de cambio de dirección que, mirándolos con distancia, producen auténticos zig-zag en mi camino. Por ello he de ser cauto siempre, pero también receptivo, y debo aprender cada día más a sopesar el valor de lo circunstancial que me llega y las consecuencias de futuro que pueda acarrearme. (12:30 horas) Hoy es sábado y estoy dedicado de lleno a salvar un trabajo editorial para mi amigo Urceloy, una colección de plaquettes de los alumnos de su taller de poesía. Con un retraso patente, ordeno todo el material –ya tirado en máquinas– y dejo preparado todo para empezar a darle el remate el lunes por la mañana. El caso es que me ha sucedido como en otras muchas ocasiones, que lo que en la cabeza funciona con facilidad, en la práctica toma tintes caóticos y se ll
Bitácora de Luis Felipe Comendador