Salió el día landrú, pero no era cuestión de estropear la visita de mis amigos peruanos con melindres frioleros, así que llené una bolsa de bufandas, gorros y guantes y me fui a buscarlos al bus helmántico a primera hora de la mañana... y que llegaron sonrientes y a medio abrigar, que venir de treinta grados limeños a menos cuatro grados bejaranos es difícil de presupuestar... así que nos arrancamos con unos cafés calentitos en PdT e iniciamos marcha turística glacial/glaciar... primero al jardín renacentista de El Bosque, con el estanque helado y dos patos patinando la postal de día como ateridos, con sus fuentes trillando chuzos de hielo nuevo y con su arbolerío craqueante de frío y viento hasta el punto de que uno de los cuidadores tuvo que salir de su refugio a pedirnos que nos pasásemos debajo de la enorme sequoia porque había peligro de caída de alguna de sus impresionantes ramas... Ricardo lloraba de frío (pasó el día entero echando lagrimones, el pobre) y Sonia Luz
Bitácora de Luis Felipe Comendador