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Historias de cama.

Hoy me he sorprendido a mí mismo haciendo las camas, pues estaba disfrutando en tal manualidad cuando para mí siempre ha supuesto un molesto trance meterme en este asunto diario y familiar. No es que mis capacidades, mis filias y mis fobias, estén cambiando, no, sino que ya no siento las labores domésticas que hago como una obligación impuesta, sino que percibo cómo abundan en mi bienestar en la casa.
Existen otras labores que hago con las que me sucede lo mismo, y ello me demuestra que estoy entrando en una fase de tranquila aceptación de mi ámbito que me ayuda a seguir tirando adelante despacito, pero también que hay algo externo que está queratinizando y conformando un estado de endurecimiento que me dificulta llegar a la poesía, al sentimiento poético, igual que lo hacía hace cuatro o cinco años, cuando mi tiempo se dedicaba en exclusiva a darle vueltas a mi mirada literaria y lo demás tomaba tintes de accesorio.
Lo mejor es que cuando logro ablandarme y perpetrar un poema, se multiplica el gozo de conseguirlo.
Tiene cojones que el hecho prosaico de hacer unas camas me lleve al pensamiento que acabo de expresar, pero lo siento así y procedo también así.
(19:43 horas) Miro a Mª Ángeles y sé con precisión qué es el amor, aunque aún soy incapaz de poderlo explicar con palabras.
(22:25 horas) Cualquier imaginario individual o colectivo es mucho más pobre que la realidad. Sin embargo, se tiende a pensar lo contrario, entendiendo que la fantasía ocupa un campo infinito al que no puede llegar la realidad.
La realidad es fantástica en sí [aún más fantástica que la idea de fantasía], porque juega constantemente a no ser verdad, a no mostrar verdad.
Sólo en el plano individual somos capaces de percibir la realidad [nuestra realidad, claro], y vernos desnudos ante nosotros mismo hace que entendamos que cualquier desarrollo imaginativo no llegue ni de lejos a nuestra exacta presencia física, sentimental, moral o ideológica.
Yo me asombro cuando hago el trabajo de mirarme con calma y con ojos sinceros. Soy mucho más, menos, mejor y peor de lo que pudiera llegar a imaginarme.
De Tontopoemas ©...

Comentarios

  1. Coincidí con Cipriano en un acto celebrado en Valladolid. Él habló de educación de adultos y yo de enseñanzas artísticas. No sabía que iba a ser el candidato socialista a la alcaldía de Béjar. Transmítele mi ánimo.
    Besos,
    Diego

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