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Esa Grecia de carne hecha.


Terminaba ayer escribiendo: “volver a la mujer es lo mejor que puedo hacer, despedazar esa Grecia de carne hecha que me ilumina entero.”. Y voy a ello.

Presume de esa Grecia que eres, incluso ponte insoportable y haz pedazos mis plumas... satúrame en el pulso y organízame el próximo desastre entre tus glúteos sin molde posible, desacralízate buscando que te odie o que abra otro camino a borbotones, ponme horarios de cripta o asfíxiame encerrado en la limpia vitrina del salón –donde lucen los mejores anillos junto a esa kasbah tuya de objetos inservibles–… dame muerte en la red de seda o tiéndeme dormido junto al áspid… pero nunca me des indiferencia…

Te bastas en el crótalo para dejarme ileso de ti, me amarras en conjuros y noto en mi interior la edad del árbol y el tiempo del quelonio.

No te aseguro nada… pero repito tu dibujo y nunca hay horizonte.

Hoy ya cayó la niebla.

•••
Sigue la fiebre SBQ y hoy hemos dado algún pasito más gracias a José Luis y Guadalupe [mis architectes molones], y también gracias a Marisa [que propone donaciones de material para ser rifado], a Sinda [que pregunta si se puede contribuir con una cuota mensual o con algún ingreso esporádico… claro, hermosa, que todo nos viene de perlas] y al realizador audiovisual argentino Ariel Luque [puesto de ya a nuestra disposición para lo que haga falta]. Y yo refeliz, coño, dando saltitos como un monigote de feria y moviendo mi pierna derecha como un diapasón mientras se cruza con la izquierda, desalambrado otra vez, como galopando para repetir el infinito allí al frente.

Comentarios

  1. No te había dicho yo que este otoño estás reverdeciendo? Pues eso.

    ¿Es ya demasiado tarde para vender lotería de navidad?
    La semana pasada vendí entre mis colegas 200 boletos (3€ cada uno) de la Asociación Síndrome Down en un par de horas.
    Abrazos, salud y días para disfrutar.

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