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"Tócame".



7 de mayo de 2009
Esta mañana me puse blandito al recibir el catálogo de la próxima exposición de Fernando Malo, en el que participo con un texto breve junto a amigos tan majetes como Alberto Hernández o Ángel Petisme... y siento cierto vertiguito de sinergias que me pone y me gusta mucho... y ya no digo nada de las manos de Fernando sobando el barro... purita sensualidad. Espero que, los que podáis, paséis por su exposición, que será en el Torreón Fortea de Zaragoza del 12 de mayo al 21 de junio –si lo hacéis, dadle un abrazo fuerte a Fernando de mi parte, que yo no podré ir.
•••
Hay pulso allá por donde voy, pulso en la piel reciente, en las campanas, en el trabajo diario, en la cocina... y de ese pulso afloran las palabras contadas, las que caen y se elevan como blancos dondiegos de noche... con ese pulso enredo entre mis límites y me siento gusano o avellana, clámide sobre un cuerpo o sepultura.
Sí, ya sé que estoy desnudo, me sé desnudo siempre... desnudo si me miras con los ojos dóciles o si hay algún delirio en tus pupilas, desnudo ante los signos de la tele cuando cierro los párpados, desnudo si te siento vacía y deseo imprimirte, desnudo como un caballo cansado pastando en la colina.
Entonces llaga el pulso y me visto de su moldura de sien y combato un sentarme a mirar o un repaso a los muebles con la mano.
La verdad es que no sé bien dónde estoy ni qué pretendo... tengo hijos y alumbro algunas posibilidades, me hago boca y me apresto a llenarla con viandas, me pongo displicente y soy como un rosario de huesos... no sé... quizás he perdido la vida o aún la estoy ganando –poco importa–, pero tengo una colcha y dos juegos de sábanas, mantas en el armario y un “después” escondido en el colchón... tengo un auto moderno que me lleva y una casa encendida por las noches... tengo zapatos viejos con cordones, montones de gayumbos de colores discretos y unos de fantasía dispuestos a un ‘palporsi’ incontenido, tengo sartenes, vasos, un par de cuberterías completas y una afeitadora a pilas con uso mensual... no sé bien dónde estoy, pero tengo mil cosas que me agarran con fuerza a este no ser diario, mil cosas que llevadas a su pura unidad no serían capaces de robarme un segundo... pero juntas... bolígrafos, mecheros, plumas, cuadernos, gafas, discos, cutters, bufandas, lapiceros, linternas... no sé bien, pero acumulo y me ato a todo lo acumulado como un perro que moriría sin dueño.
Y el pulso ahí, pendejo, cabrón, incontenible... tic-tac, blup-blup, pom-pom... trotando como un potro de tortura, con intención de vértebra, con vocación de célula, con estigma de aliento...pom-pom, blup-blup, tic-tac... y me entretengo, me tengo, me entrequedo.
Sonrío. No está mal sonreír.


Comentarios

  1. Vaya lujo ver mis manos en este blog!
    ¡Tócame! A veces también nos podemos tocar en la distancia.
    Las ganas de abrazar, siempre, siempre nos envuelven. Unas veces aparecen, otras hay que desatarlas.
    Abrazo con las manos manchadas de barro.
    Fernando

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  2. Todo lo que tenemos, ha sido o es, una inversión que no nos atrevemos a echar por la borda...valga mucho o valga poco solo depende de nosotros mismos.... pero misteriosamente nos ata y todavia no se exactamente a qué.

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