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Colí Kante


Colí Kante es un tipo curtido en las labores del campo y en los golpes de la vida [nada más hay que cruzar una mirada con sus ojos para tener la certeza de la dureza de su paso por la vida]… tiene un par de años más que yo y, sin embargo, parece que acumula unos cuantos más [cosas de las diferencias entre mundos primeros y terceros] y sus manos son fuertes y ásperas, unas manos para el trabajo y el apretón sincero. Anda como agotado, pero siempre sonríe [ayer descubrimos que tiene un complicado proceso en su rodilla e intentamos ponerle solución con la ayuda de la gente chuli de este pueblo… enseguida encontramos profesionales que se hicieron cargo del asunto por pura solidaridad… gracias].
Colí Kante está en España como en una nube, agradecido a todos por cómo hemos tratado a su hijo You y asombrado por cada cosa nueva que se muestra ante sus ojos [el día de la despedida de soltero de You las pasó más putas que Caín al ver aquella jocosa ceremonia iniciática… pero eso le hizo entrar en ambiente y tomar consciencia del cariño del que se ha hecho acreedor su hijo grande]… Colí Kante sonríe bonito mientras mira, y la sonrisa suele ocultar sus ojos, que están enrojecidos y que contienen toda una historia hermosa para quien los escruta.
Colí Kante me ha dejado una marca al fuego en el estómago y otra al agua en el corazón, y en él he reconocido aquella otra mirada africana del Salim que conocí en 1999 en Mangola… eran iguales, llenas de pasión y afecto, de admiración y ganas de vivir, de vida trabajada a trancos hora tras hora y día tras día…
Luego he imaginado sus ojos el día de la partida de You hacia nuestra Europa, ese desasosiego de cada noche en blanco sin saber nada de su chico… debió ser muy duro…
Colí Kante suelta unas lagrimillas cada vez que su You le abraza… y mi chico sale huyendo veloz para no dejarse trabar por la emoción.
Hemos hablado poco, pues apenas nos entendemos por signos [su francés debe ser tan malo como el mío], pero creo que nos hemos entendido perfectamente en todo momento.
Me gustan los tipos como Colí Kante, con pintilla de duros, pero blanditos por dentro como los mojicones de Castaño.
Queda en mi corazón… y nos veremos pronto en su terreno, que ya lo estoy deseando.

•••
Onzas de chocolate deshecho o los pies descalzos… así está siendo este verano de iguanas y de paisajes de Furedi al fondo… y todo arde mientras los estorninos mueren en el parque por esa cosa humana de la comodidad [al hombre le molesta la vida… manda huevos]… ancianos agarrotando pájaros negros heridos de muerte, aplastándoles la cabeza con saña y con sonrisas en la esas bocas que ya solo sirven para ser muecas… no me gustan los hombres que matan, y mucho menos los que se ensañan… también hay jóvenes persiguiendo a los pájaros heridos y haciéndoles sufrir hasta la muerte con una saña que me da auténtico terror.
Nunca tomaría una determinación como la que ha tomado nuestro ayuntamiento con esos pájaros [ya antes la tomaron otros y fue igual de desagradable y de cruel].
En fin, que decía que es un verano especialmente triste y caluroso, un verano marcado por la sangre bullendo y el sonido asqueroso de las postas por las noches en el parque… sería mejor no tener parque, ni verano… pero tener pájaros.
¿Es que nadie se ha preocupado de contactar con empresas de servicios contra plagas [hay muchas… solo basta con asomarse a Internet]? He consultado algunas páginas y las grandes empresas ofrecen, en todos los casos, medidas “éticas de disuasión” de aves a base de sistemas de cables, redes, mecanismos electrostáticos y de ultrasonidos o las llamadas púas de Rentokil. A lo mejor es que el coste sería muy elevado; pero, aún así, me parece poco el gasto si con él se respeta la vida de esa fauna que es parte de nuestro biotopo [una parte latente y muchas veces espectacular] y, sobre todo, si se evita dejar en nuestros hijos ese ejemplo de ‘especie dominante sanguinaria’ [el verdadero depredador no mata por matar y sabe convivir con toda la pirámide de su cadena alimentaria para que siempre florezca] que no se detiene ante una toma de decisión tan desagradable como la que se está llevando a la práctica… en fin, sin querer herir sensibilidades, dejo escrito que no me gusta nada lo que se está haciendo ni cómo se está haciendo, sobre todo que el parque sea por las noches el lugar de reunión de cientos de personas que parecen disfrutar vivamente con el triste espectáculo de la muerte [y que algunos participan activamente de la masacre con los pajarillos que escapan con verdadera cara de satisfacción].

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