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Todo es el Tetragrámaton... que es nada.



A veces pienso que resulta más importante y decisivo, en el proceso creativo, familiarizarse con los propios procesos irracionales y ser consciente de las emociones sentidas que actuar con cierto nivel intelectual en base de razón… pues tendemos a considerar como extraño, despreciándolo, lo que es más inherente a nosotros, que son las respuestas no programadas por la racionalidad… yo soy más efectivo si me dejo llevar por mi instinto y no me detengo en el análisis de cada una de mis decisiones para explorar sus consecuencias… y de ahí llegan las sorpresas, que a veces son fruto de la escritura automática y a veces son delicias venidas de la enumeración caótica… en ese campo están la deconstrucción o la descontextualización como la escherichia coli del universo creativo.
Del dejarse llevar surgen las ideas más locas y absurdas, pero a veces también las más certeras y originales.
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Andamios amarillos cuando en ti veo muerte [‘cuandoen’ ti veo muerte… luctuosa sinalefa de mis ojos]… andamios tan paródicos de esto y esto y esto que es la vida… andamios de la busca en el relato caótico, infinito y hasta ininteligible… andamios de la cábala y de los espejos con marco art decó con pan de oro… andamios eruditos con gárgolas rampantes en su ferralla… andamios que parodian a Chesterton con un perfil metálico de Charles Auguste Dupin… ‘handamios’ novedosos para un mundo futuro… andamios de aquella manera, como estás esta tarde, tirado, incongruente, laxo, yerto… andamios paradójicos para templos católicos que aún están por hacerse y derribarse… andamios amarillos y oxidados para mirar atrás y ver lo imprescindible prescindible… andamios como desorientados, juveniles… andamios investidos de cátedra y birrete… andamios de suburbio, caedizos… andamios posmodernos que ya no son andamios… andamios sicológicos, de alambre de funámbulo y vacío… andamios de jardín, con hiedras trepadoras… andamios con sensación de siempre, altos… andamios objetivos, nada armónicos, seguros… andamios nihilistas que prometen cabezas destrozadas… andamios para el plagio de otros andamios hechos y amarillos… andamios algebraicos, tan secretos… andamios inconscientes, muy freudianos… andamios que me angustian porque ante su estatura me siento en desamparo… andamios en el aire, políticos, sin base… andamios aparentes, puro mundo… andamios enredados, por siempre impenetrables… andamios femeninos, sinuosos… andamios que especulan sobre toda esa flora inabarcable… andamios generosos [se caen siempre]… andamios de memoria…
Y Lafforgue buscándole el valor a cada forma, y Rivera intentado que el caos tenga estructura, y Chandler en su estado truculento tocando los tendones con la brasa, y Steinbeck en “The Long Valley”, y Faulkner decorando cielos rasos… ja… todo es el Tetragrámaton absurdo de un Jahvé que no existe… exsiste… esiste… La Trinidad y el grave untarse el cuerpo en gordolobo [qué bien van los misterios con los alucinógenos]… ¿eres antisemita?... no, que soy profundamente seminal, carnal y lúbrico… me muevo por espasmos y el glande marca el ritmo de los días como un diapasón blando, rojo y blando… ¿eres antisemita?... que no, te digo y lo repito, que no… soy esto y esto y esto, pero no antisemita, soy esto y esto y esto… y no me gusta marzo… aunque a veces me siento triste en alguna silla, y también me siento triste, porque esto y esto y esto no me colma…
En fin, y además hay idiomas… será lo mismo ser ‘esto y esto y esto’ que ‘this and this and this’… no creo… ¿o sí?... qué tortuoso es todo, qué poco está enfocado este ‘ser en el mundo’, cuánta coartada extraña y cuánto oscuro azar [?]… entonces, eres antisemita… pues yo qué sé… tanto insistes, que a lo mejor ser esto y esto y esto es ser antisemita.
Crujen las ramas de los castaños indios por los pájaros muertos…. París cada día está más lejos.

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