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El mercado secundario...


Una mujer salía llorando de la oficina de una caja que ahora es banco... iba agarrada del brazo de su padre mientras le decía sin creérselo... ‘no te preocupes, papá, que esto se arreglará’.  Al lado, justo a la puerta de la oficina, dos señores con los setenta bien cumplidos lanzaban improperios en voz alta mientras otro que salía de allí dijo... ‘habría que quemar los bancos y a los banqueros dentro’.
Yo acababa de hacer en la misma oficina un ingreso pequeñito para SBQ y estaba perplejo con el lío, con los comentarios, con la cola tan poco normal que había en y con la puerta de la dirección cerrada a cal y canto y con las persianas bien bajadas –circunstancias que no me había encontrado nunca allí–... y me acerqué a otra oficina bancaria próxima para hacer unas operaciones de mi empresa y tomar un café con uno de los bancarios con el que me llevo de perlas.
Después de mis gestiones de caja, fuimos al por el cafetín y le pregunté a mi amigo que qué sucedía... ‘nada y mucho, Felipe, y parece que nadie, entre comillas, tiene la culpa... resulta que todos los bancos hemos tenido libertad durante mucho tiempo para trabajar con productos en el mercado secundario y hemos podido ofrecer condiciones ventajosas a nuestros clientes vistiendo el asunto de plazo fijo con posibilidad de recuperación del dinero en 48 horas, y a los clientes se les hacían (?) unos test para los contratos que prácticamente se autorrellenaban sin leerlos y se ponían a la firma, porque ya sabes que en los pueblinos la gente se fía de los bancarios a los que conoce de casi toda la vida... pues ahora, de pronto, han cerrado esa opción de mercado secundario y han parado todas las operaciones mientras se investigan, con el consecuente que de los capitales puestos a plazo solo puede recuperarse un 15% en tres meses, otro 15% en un año y el resto cuando pasen diez años... y los clientes han comenzado a saberlo y se están poniendo muy nerviosos, pues generalmente son personas mayores y esos son todos los ahorros de sus vidas...’ , y yo flipaba mientras me tomaba el café... gente que, sin conocimiento del riesgo que corría su dinero, lo han puesto todo en las barriguitas banqueras para que en ellas se maldigiera con historias oscuras y que ahora tienen una enorme y grave dificultad para poder acceder a ese dinero que siempre fue suyo... y le dije a mi amigo... ‘¿no será esto el principio de un corralito?’... ‘pues quizás’, me contestó como quien unta un churro en el chocolate caliente para llevárselo golosamente a la boca.... y le volví a preguntar... ‘¿y quién tiene la culpa de esto?’... pues una parte de ella la tienen los clientes por no informarse bien y no leer la letra pequeña, otra culpa mayor la tienen los cargos intermedios de banca que han seguido y han hecho seguir las directivas de venta de un producto de mucho riesgo bajo el engaño de un plazo fijo ventajoso y seguro... y otra parte de culpa la tienen quienes controlan el mercado de valores, que de pronto lo han paralizado todo de golpe para eliminar el mercado secundario y van a crear un colapso en cualquier momento... porque imagina que todos los que han firmado este tipo de operaciones en cualquier banco, que todos las han contratado, se presentan el mismo día a reclamar su dinero (que es lo que ahora está sucediendo)... el riesgo de colapsar la banca es alto, aunque esto parece que no puede decirse, como cuando un enfermo tiene cáncer y a todos se les ruega un silencio cómplice’... 
Me despedí de mi amigo bancario y, de camino a mi empresa, volví a pasar por la oficina de las colas, los llantos y los improperios... había más gente esperando con cara de preocupación... y hoy, que he vuelto a pasar, más de lo mismo.
Y yo pensaba en que si esto ya sucede en un pueblecito del culo del mundo en el que vivimos cuatro almas, ¿qué será en el resto del orbe hispano?... y me mosqueé, porque ya todo tiene obligatorio paso por la banca... las nóminas, las pensiones, los recibos domiciliados de todo, los pagos y los adeudos privados... todo... y llegué a casa y me encontré con una cartita muy educada de CD en la que me indican que, con el nuevo año, mantener una cuenta costará 35 euracos de nada y que cobrarán 0,35 euros por cada apunte que hagan en ella, todo a mayores de que te cobran cada comunicación por correo (que te las envían aunque tú no las quieras recibir) y hasta el más pequeño movimiento de dinero... eso por no andar contando que por un aviso de descubierto te trajinan 30 euros (solo por el aviso) y por tener tarjetas te sangran como galenos medievales. Esto es usura desde mi punto de vista, que es miope, pero no tonto.
¿Qué hacer?... pues desde mi simpleza no se me ocurre otra cosa que intervenir la banca y llevar a todos sus responsables, uno a uno, a los juzgados para que se las vean con ley... y con ellos llevarse por delante de una puñetera vez a los cientos y cientos de políticos corruptos que han propiciado este estado de las cosas, por acción o por omisión imbécil o interesada... y tomar de una vez las riendas de nuestro futuro para llevar a cabo decisiones valientes capaces de quitarnos de en medio a toda esta piara de ladrones y egoístas que actúan más por las leyes de la piratería que por las de los estados democráticos... habrá que fijarse un poquito en Finlandia y en lo que sucedió allí a partir de 2008 para darnos cuenta de que es posible... el problema es que allí las víctimas (justas) han sido los banqueros y los políticos corruptos... y eso es una rémora, más con el gobierno que se nos ha echado encima.
Pero a mí, mira tú, me queda aún un puntito de esperanza.

Comentarios

  1. Pues sería buena idea crear una plataforma para empezar a actuar judicialmente contra estos hiperabusos. CD me envió la misma cartita, en hojas tamaño 10 x 21 cm. y con tipo a punto 6.. y no entendí ni J. Me cagué en sus muertos, eso sí.

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