Ir al contenido principal

"La biblioteca amada". Jesús Urceloy. POLIBEA.




Como una buena pieza de lomo ibérico de bellota, recibo a un postúltimo Urceloy nada cangrejo, craso en poesía (por gran poeta y nunca por error), lúcido y gargantúa... y flipo... flipo porque en su chorro poético hay bastantes cosas que me llenan de envidia (esa envidia sana que supone el darse cuenta de que hay un camino que no has pisado por falta de clint y por exceso de eastwood)... y que le entré al manjar golosamente, metiendo grandes bocados a este buche lector y corriendo el peligro severo del molondro atragante... El libro se titula “La biblioteca amada” y lo ha editado para su suerte ‘Polibea’ (no sé si tanto para su enriquecimiento pecuniario)... y juro que supuso erección hacer lectura (algo que no pasaba hace ya meses en este cuerpo entre gandul y lacio)... es purito (y también prurito) gran Arte sobre el Gran arte y viceversa... y todo con ese fondo plástico que consigue solo quien tiene conocimiento de causa y presunción de los múltiples efectos (Urce es un gran maestro en manejar el ritmo y en dominar el metro)... y, a más, el perico nos llega con alguna herida más que la de la vida, la de la muerte y la del amor... y encima magistrea en el difícil océano de la ironía con lecciones potentes en un lago sin mar ni puntuaciones... bebe de quienes bebe... y eso lleva a orinar gloria pura sobre un tipo al que odia, lluvia dorada sobre el amor presente, lluvia templada para algunos amigos en los días más fríos... y hasta lluvia de confeti para lo que se tercie.
Que nada, eso, que me lo he pasado en grande y volveré a hacerlo en un ratito –que rejuro releer en cuanto acabe esta reseña gótica–... y que lo recomiendo encarecidamente a tirios y troyanos, a quinceemeros y profácticos, a caligulillas y empingorotadas mozas de blandos senos, a escaramuzantes y a miedosos, a eruditos y a prolegos... y sobre todo a poetas, a los poetas buenos, a los postbuenos y a los rebuenos... todos sacarán algo de este otro magisterio tan distinto al de Wert y tan de Luisalberto.
Me alegro, sobre todo, de que no haya caído en manos amargordas... y es por ello que desde este exacto instante me hago polibeo.
Leedlo, amigos, coño... os juro que es muy bueno.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

RAP PARA MARIO

RAP PARA MARIO No sé cómo explicarte lo que siento Ahora que estoy de lleno en mi descenso Y esto se acaba, Yo sé que esto se acaba Y no quiero marcharme dejándote una nada. Rapeo por si acaso no te gusta Leerte en mi diario y si te asusta Que en versos ajustados a la norma Tengas que conocerme. De esta forma, Que es más de calle trece que la mía, Voy a contarte, Mario, lo que un día Hiciste de este tipo desastrado, A veces caprichoso y a veces desbordado: Yo era feliz sin más, o eso creía, Dejándome llevar por la poesía, Sabiendo que era falso casi todo Y riéndome, sin más. Era mi modo Jugar a ser bufón y, entre los popes, Decir las cosas claras. Hubo golpes, Que todo hay que decirlo, golpes bajos, Que supe digerir. En mis legajos De aquellos tiempos quedaron escritos Palabra por palabra y muchos gritos. También triunfé, que no todo fue malo Y di algún que otro palo.   ¡Que bueno!   Pasados unos años, Jugando a ser oveja en el rebaño, Dejé una vida hecha, o eso creía, Hijos, un curro

SER COMPETITIVOS