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Ya...




Agostado el verano con tres esquelas diarias no es para estar contento, a no ser que seas funerario... pero no es eso... no eso, ni que se le amanezca a uno un golondrino en la nuca (alguna ventaja tendrán que tener los sin nuca) o que se te salten las lágrimas al pedir el saldo por cajero... no es eso, como ya digo, que es otra cosa...
La vieja de al lado me decía ayer que el viejo ya es una carga, una jodida carga que se mea por las noches en la cama y que al amanecer precisa hasta que le den la leche a cucharadas... ‘y no lo llevo mal si no pienso en todo lo que me estoy perdiendo’... me decía... y al otro lado de la calle, alguien respondió... ‘dale yogur y oblígale a mear cada hora desde que amanezca’... y tampoco es eso, no, tampoco... ni lo de la jodida y puntual llamada puntual de las tardes para recordarte que debes parecer el Banco de España (es inquietante pensar en que quien sabía, ya no quiere saber)... 
Quizá (aunque a algunos le jodan los ‘quizá’ y prefieran ‘quizás’) todo tenga algo que ver con este dolor sordo en la espalda que me adocena de vez en cuando (más en cuando que en vez) y que parezca que me han metido un palo por el sur generoso de las heces, un palo que me hace andar como en quejíos... pero yo creo que tampoco es.
La vieja vuelve para decirme que me he dejado las puertas abiertas... ‘te has dejado las puertas abiertas’... y yo le digo... ‘ya’... ‘ya, gracias’, y entonces me doy cuenta de que el verdadero problema es ese ‘ya’ cabrón y lleno de consecuentes... ¡Sí!, claro, es el ‘ya’ de los cojones actuando como una conectiva desdesiderativa (sí, coño, ‘DES/DESIDERATIVA’), como un ‘déjame, que me tienes hasta lo torcido’, un ‘ya’ capaz de implicitar desprecio, desdén, aversión, desgana, odio, desatención, insulto, hartazgo, asco... un ‘YA’ como para borrarlo del jodido diccionario y, con ese borrado, de todas las bocas capaces de pronunciarlo con carga... y luego resetear.
Fíjate tú que no había caído yo en esta circunstancia del idioma, es esta espada monosílaba de matarlo todo como en un desnucar.
Ahora estoy algo más tranquilo, aunque aún me muerdo la uña de morder y me arreglo en un tic la petrina cada cinco minutos... tengo la nueva consciencia de que cuando se me dice ‘ya’, no se me quiere cerca... justo igual que cuando yo lo digo.
Y eso.

Comentarios

  1. http://www.youtube.com/watch?v=8_YmBOXevuI&

    No se puede decir mejor. Sé que se enganchará.

    beso, mosquetero

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