Cincuentaycinco y como arañado en este ser de fruta escarchada en que me he convertido... pero frutal al cabo. Hago cuentas e infiero que he tenido de casi todo y que en el fondo he hecho lo que me ha dado la gana mientras el que apaga la luz me ha presentido siempre en sus manos como un pez escurridizo recién sacado del agua.
Cincuentaycinco y esta piel arrugándose no acaba de ser signo de nada.
Cincuentaycinco y ya perseguido por la banca, por la Hacienda Pública y la Seguridad Social, por Orange y hasta por General Electric, que no es moco de pavo.
Cincuentaycinco e intentando arreglar vidas mientras la mía se retuerce por no desarreglarse en un ‘del todo’ cabrón y miserable.
Cincuentaycinco y aún me puedo mirar en el espejo sin avergonzarme de mi desnudo ni de mi mirada.
Cincuentaycinco y con más ganas que nunca de mandarlo todo a la mierda y comenzar de nuevo otra historia, peor o mejor, pero otra historia.
Cincuentaycinco sin ser aún Pacquiao, pero intentándolo (un ‘ko’ después del éxito y más éxito después del ‘ko’).
Cincuentaycinco y mantener aún la capacidad grata de echar lágrimas, de sentir emoción, de apasionarme.
Cincuentaycinco y esta escasez de musa que me deja sin palabras para atrapar un verso.
Cincuentaycinco y me cago en la puta madre de todos los políticos... y me quedo tan fresco.
Cincuentaycinco y tener que ver cómo la madre Iglesia y la fundación FAES se lo llevan calentito mientras los gobernantes necios le restan casi todo a la ayuda a la cooperación.
Cincuentaycinco y aún no sé qué va a ser de mis hijos.
Cincuentaycinco y esa fiebre de los países árabes.
Cincuentaycinco y con ganas de guerra, con furia, con esperanza aún en algunos hombres.
Cicuentaycinco y me gusta sentir la lluvia en la cara y el frío de las sábanas en invierno.
Cincuentaycinco y asombrado de que los gobiernos deleguen sus responsabilidades con el hombre a quienes voluntariamente ya trabajaban en ellas.
Cincuentaycinco y este sabor a carbón vegetal en la boca.
Cincuentaycinco y comenzando a entender que solo algo es posible si decidimos hacerlo posible.
Cincuentaycinco y aprendiendo a restar manteniendo la sonrisa.
El tiempo me incinera poco a poco y este año he perdido a un par de amigos grandes que me han dejado en herencia un manojo de ganas.
Uff, menos mal!
ResponderEliminarBuenas noches, Luis Felipe Comendador:
ResponderEliminarEsperemos que el Año Nuevo 2013 guarde un rostro amable, y no dé más sustos.
Te deseo lo mejor para ti, tu familia y para todos.
Saludos.