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Montse, Nacho y su pandilla de utópatas...

Yo no puedo con Montse y Nacho, porque me sobrepasan y me superan, porque me tienen ganado y perdido desde que los conozco, porque no he aprendido a decirles que no, ni sé cómo aprenderlo. Cuando algo se tuerce, los tengo aquí, justito a mi lado, empecinados e inconvencibles, armando guerras preciosas y metiéndose/me en líos locos. Yo sé lo que valen y sé cómo quieren, sé lo que intentan y me supera todo lo que consiguen –me supera y también me preocupa–. Yo solo sé que los quiero muchísimo, como a todos y a cada uno de los que siguen sus pequeñas utopías, y que me dejan siempre jodidamente en deuda –como todos y cada uno de los que los siguen y participan en esas pequeñas utopías–. Y yo solo quiero que sepan –que sepáis todos– que tengo una vida hermosa y colmada, que no me falta nada y me sobra casi todo, que soy un tipo feliz cada día, y que lo soy porque sé determinar qué es lo importante y lo que no tiene importancia, que soy un espécimen del primer mundo y gozo sus ventajas –ya quisieran millones de hombres y mujeres vivir la mitad de bien que yo lo hago y tener solo un diez por ciento de lo que yo tengo–… Y eso, que estoy guay y una parte importante de ese estado es culpa de Montse, Nacho y todos los locos que se empeñan en escucharlos y hacer lo que ellos proponen. No necesito nada más que me sigan queriendo como me quieren. Solo eso.
Ah, y a pesar de que persisten en sus empecinamientos, he decido NO SENTIRME OBLIGADO NI EN DEUDA, porque necesito seguir mi vida sin esas mordazas, necesito ir cumpliendo mis metas e ir completando mi vida como yo quiero, sin tener que pensar ni por un segundo si parecerá mal o bien lo que haga con mi vida. Así, quiero que quede muy claro, totalmente claro, que no he pedido nada en ningún momento y que, por tanto, lo que llegue será procesado como mejor entienda si es que no admite devolución –que es lo que realmente me gustaría–. Y eso, que os quiero y que he decidido esta misma tarde volver a sentir mi libertad como la sentía hace tres semanas, que me lo habéis hecho pasar jodidamente mal y no estoy dispuesto a que ese estado me doblegue. Sois lo mejor que tengo y yo soy lo peor que podéis tener… Será por eso que os quiero tanto.

Dicho.

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