Ir al contenido principal

Dónde escribes y con qué escribes supone un 80% de tu éxito como escritor. [visitas]


Anoche llegaron Urceloy y Marisol y salimos a cenar con copita incluida. Yo andaba cansado y aguanté poco, que llevo unas semanas en baja forma. Me dejaron una deliciosa edición de Anagrama con textos de Paul Auster y pinturas de Sam Messer: “La historia de mi máquina de escribir”.
Es curioso cómo en un corto espacio de tiempo me llegan textos sobre la escritura que se refieren a los ámbitos en los que se escribe [Fernando R. De la Flor] y a uno de los instrumentos de escritura más entrañables [Paul Auster].

(11:36 horas) Lo primero que hice al salir de casa esta mañana fue acercarme hasta la tiendita de mi librero favorito para reponer algunos títulos de mi cosecha y pillar tinta china para gastarla en mi libro objeto. Ignacio lo tenía todo, como siempre: cuatro ejemplares de mi “Amante discreto…”, cuatro de “Con la muerte en los talones” y tinta sepia, negra, mostaza y azul. Reí con él un rato [Ignacio tiene una retranca especial] y me vine corriendo a mi estudio como un niño con pinturas nuevas, loco por gastarlas sobre el soporte Gironella. Y en eso ando a esta hora.
De Tontopoemas ©...


* "Take five" de Dave Brubeck.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj