Ir al contenido principal

Mañanita descojonante de moral salmanticense.


Me hizo gracia leer hoy en el “Compendio moral salmanticense” que ‘la deleitación grave será cuando excita una vehemente conmoción en la carne, como la fornicación, la polución o la sodomía’; mientras que la deleitación leve consiste, por ejemplo, en ‘dar de pronto un pizco, pisar el pie, o retorcer los dedos, y semejantes…’.
Y que me lo estoy pasando de puta madre con esta zorolada llena de párrafos deliciosos como los que siguen:

“Decimos pues, que es pecado grave. Pruébase esta resolución lo primero con la autoridad de Clemente VIII, y Paulo V, quienes mandaron fuesen delatados a la Inquisición los que afirmasen, que los ósculos, abrazos, y aspectos torpes tenidos por sola deleitación venérea, y sin peligro de ulterior consentimiento era sólo pecado venial; en lo que manifestaron, que en materia de lujuria no se daba parvidad; pues los ósculos en el ser físico son cosa leve, como también la deleitación tomada en ellos, no habiendo peligro de ulterior consentimiento. Lo mismo se prueba de la proposición 41 de las condenadas por Alejandro VII, referida en el punto antecedente. Pruébase lo segundo con razón: porque toda deleitación, una vez que sea venérea, es una polución incoada; y no dándose en esta parvidad de materia, ni aun en su principio, por ser en ella siempre grave la malicia, síguese, que tampoco se dé en la deleitación venérea, por más que físicamente sea leve. Que toda deleitación venérea sea polución incoada, consta de la misma definición que de ella dimos con la autoridad de Galeno en el punto precedente. El que de facto no se siga alguna vez la polución es per accidens; pues de su naturaleza se ordena a ella. Argúyese contra esto. Si un casado se llega a su mujer por sólo el deleite, no peca gravemente; luego puede haber parvidad de materia en la de la lujuria. R. Negando la consecuencia, que no se infiere del antecedente; porque la cópula tenida entre dos casados no es intrínsecamente mala, y sólo se malea por el fin extrínseco del operante; como en el caso del argumento, llegándose a su mujer por sólo deleite, cuando debía proceder al acto por la generación de la prole. Mas el deleite venéreo, de que aquí tratamos, es intrínsecamente malo, y de éste decimos, que no admite parvidad de materia, y por consiguiente, que no puede ser pecado venial, sino [453] por falta de advertencia, o de deliberación. Arg. más: la deleitación cogitationis fornicationis puede ser venial; luego puede darse pecado venial y parvidad de materia acerca de la lujuria. R. Negando la consecuencia; porque el deleite en el pensamiento de una cosa torpe dista mucho del que se toma de la misma cosa, pues el primero es un deleite especulativo, y el segundo lo es práctico. Consiste aquél, para declarar más la materia, en el gusto que se toma en la noticia de la cosa; como cuando un Teólogo disputa de este asunto. Este consiste en el que se percibe de la cosa misma conocida; como cuando uno se deleita del homicidio pensado. La deleitación especulativa, ya sea de objeto malo, ya de bueno, no es de sí pecado grave, aunque podrá ser leve, si uno piensa acerca de una cosa inútilmente, en especial siendo mala. Muchas veces es buena, como cuando los doctores examinan las materias para declarar mejor, aun las cosas torpes, mirando a la propia, y común utilidad, deleitándose de tal manera de hallar en ellas la verdad, que al mismo tiempo aborrecen la deleitación práctica de ellas.”

Una maravilla, ¿no?
Darle ahora una vuelta de tuerca moral al cuerpo de uno y volver a aquella rugosa estética del pecado mortal ‘osculando’ a las damas o, en su defecto, matarse a poluciones como mejor ejercicio para los brazos y el fuego eterno… y todo para la cosa de la deleitación con sobrecarga, que no hay placer mejor que el que lleva oscuridad y castigo… y ya no digamos si la cosa va de ‘cogitationis fornicationis’ con agravante de ‘deleitación práctica de ella’.
Chuli.

Comentarios

  1. ¡Si señor!
    Me uno yo también a la deleitación grave de pensamiento y obra, pero nunca de omisión. Aunque lo del "pizco" suena estupendo, pero no sé lo que es...¿pellizco?. Gracias por la primera carcajada del día.
    Besín frater pecaminosus.

    ResponderEliminar
  2. Con la charla del otro día, me entró mono de Elvira. Como ayer no encontré aquí el libro, he pasado por casa de mis padres y, Eureka!, allí estaba.
    Lo abro al azar y aparece esto:

    UN DESCONOCIDO
    Tú eres una poesía de tono oscuro,
    eres una luz escondida entre el ramaje.
    Tú no estás en la luz del sol ni el viento,
    tú estás bajo el agua.
    Tú eres el poema que no podré escribir,
    eres la verdad-mentira.
    Eres un desconocido que pasó un día y nos miró,
    dejándonos una extraña sensación sin descifrar.
    (E.Q.M.)
    ¿La miraste?.
    (ésta no es de mis "prefes", pero salió así..)
    ...
    He visto la luna de hoy y ya lo comprendo todo: ando "lunática perdía" (algo marea-da).

    Gracias Sr. Comendador (menudos lagrimones). Eres un sol!

    ResponderEliminar
  3. No me extraña que Nietzsche considerara que la religión cristiana lleva hasta el final el desprecio por la vida, y que el cristianismo solo fomente valores mezquinos presentando una de las ideas más enfermizas de la cultura occidental, la idea de la culpabilidad y el pecado.

    Soy mujer para mi el deseo es muy importante, estos "doctos" si me oyeran pensarían que soy la pura encarnación del diablo.

    ResponderEliminar
  4. Mi madre, q laísmo! Plas, plas (bofetadas). Ay Madrí, Madrí...!
    dnc

    ResponderEliminar
  5. Te dejo un vídeo de la película "el sentido de la vida"

    ResponderEliminar
  6. perdón se me olvido el URL

    http://www.youtube.com/watch?=EmeOZrSO3qQ

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj