Ir al contenido principal

Es una lírica.


Ayer me preguntaba un amigo que por qué escribo como escribo ahora, que por qué me engolfo en los últimos tiempos en un chorro de palabras que a él le vienen dejando frío y que dicen poco de lo que yo soy, porque lo esconden –él me conoce desde hace muchos años en carne y escritura–. Yo solo pude contestarle: “es una lírica”, y me quedé tan fresco.
La verdad es que siento cómo algunos de mis amigos y colegas me buscan en el tipo de aquellos días frescos, recién destetados todos en la literatura, en los que había un fragor por el decir que espantaba al cómo decirlo. Pero aquel tipo ya no está en mí desde hace tiempo, ni con sus énfasis ni con su vehemencia. Estos años me han traído al encierro en mí mismo como desde el convencimiento de que no puedo hacer nada para poner un poquito de arreglo al mundo; desde el no creerme equivocado, pero sí vencido; desde el convencimiento de que debo ser para mí por fracaso de mi consideración hacia los demás.
Y así he pasado de ser un escritor reivindicativo y activista, agresivo con quien me pareciese y defensor de quien me saliera de los mismísimos cojones… a buscarme en las letras del lirismo más ‘bioalquímico’. No me interesa ya mucho el análisis escrito de las injusticias y el uso del látigo de palabras contra los que considero grandes culpables del fracaso social [aunque puntualmente me sale ese prurito de los ayeres] , y sí me interesa [cada día más] indagar en el uso del latido y en el proceso de erizamiento del vello, en el trámite del temblor y en la deliciosa alquimia que va desde la percepción hasta los humores tangibles.
Y me preguntaba mi amigo si es que estoy detenido por un tiempo, a lo que yo le contesté que estoy sólidamente acabado en el ‘nosotros’ y ardorosamente latiendo en el ‘yo’, que es donde gozo y cobro vida con cada palabra pensada, pronunciada y escrita.
•••
Os dejo un vídeo del colega Alberto Hernández trabajando en su obra... vais a flipar.



Comentarios

  1. pues creo sinceramente que consigues lo que quieres ahora, a mí, sin duda me interesa más este yo nuevo que el yo que describes anterior.

    ayer terminé de leer tus poemas de "El amante discreto de Lauren Bacall"... y aunque me gustaron muchísimo casi todos "sobre la pendiente del talud" me dejó muy tocada... tengo un compañero de trabajo al que aprecio muchísimo que le va como anillo al dedo, es más, voy a llevar el libro y leérselo porque parece hecho para él, por eso me ha conmovido tanto porque estoy viviendo su problema, un poquito todos los días viéndolo triste y abatido.

    gracias por todas tus palabras, las de antes y las de ahora.

    biquiños,

    ResponderEliminar
  2. el vídeo es fantástico... parece un mago... es increíble ver todo el trabajo que hay detrás de cada obra.

    ¡¡increíble!!

    bicos,

    ResponderEliminar
  3. Joé, no puedo ver el vídeo (no sé qué me pasa últimamente con el youtube), y me da una rabia que te cagrrrrrr, pq seguro que es alguna de sus obras al fuego (vi las fotos sobre eso y aluciné), o a lo mejor nos enseña como hace los "somieres", ufffff, me encannnntan!!
    Sobre lo tuyo, pues no sé qué decir, a mí desde luego me CHIFLA cómo escribes (pero claro, eso según para quién, se puede tomar como un halago o no).
    Yo sólo deseo que esto del blog, no te desfogue tanto como para dejar tus otros poemas a un lado. (Jo, espero que se me entienda, pq no sé explicarme mejor).

    Un besssazo.

    (Estoy de acuerdo con Aldabra, "El amante discreto..." a mí también me dejó tocada)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj