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... tener conciencia...




No te sometas a los vulgares sacerdotes de este tiempo, que utilizan tus pecados sociales para dejarte como un rechazado y un estupido... reniega de su religión, pues está enemistada con la vida y su dios ‘verdadero’ es la palabra ‘falso’... ataca con palabras y gestos constantes a toda su jerarquía en el altar del orden establecido e invita a quien te roce a que recapacite, a que piense, a que razone... pues el creyente en el sistema no cuenta con la libertad precisa para tener conciencia de qué es lo verdadero y qué lo falso... ayúdale a que procese con qué fin mienten esos oscuros sacerdotes del asco...
‘Quel couchant douloureux nous avons eu ce soir!’... gritaría Laforgue ante la masa... qué doloroso todo cuando acaban estos días de julio, qué negro y asustado el tiempo, qué estúpido cada calco del día anterior, qué arrumbado me siento de tanto conformarme... este calor marea, adocena, me deja descendido y anulado... y me siento a escribir como hace tiempo, sudado como un obrero y cabizbajo, buscando paraísos en las letras, paraísos que me dejen capaz para mañana y me saquen de lo estrecho como esos socorristas de las playas... y el tiempo, demencial, se baja poco a poco sus bragas para mí, mostrándome sus nalgas de vieja calamina y el agujero eterno por donde desprenderme... y lo tomo con un no sé qué bíblico, lo mancillo sin ganas, me derramo ‘en su adentro’ y vuelvo a ver que hay otras realidades más acordes conmigo y con vosotros, que existen otras formas con más justicia a cuestas que la de estos piratas ‘calatravas’ con airbag en sus culos y en sus huevos.
Sudo, me dejo caer... 

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