La vida es una música y yo no sé solfeo.
Epifanía de ayer: Soy lo que soy y no tengo remedio... lo físico es un handicap.
La ATS: “Bonito, gira el brazo... ahora te voy a hacer daño... muy bien... eres valiente...” ... “Bonito, sujeta el algodón con ese dedo...”.
La médico de urgencias: “No respires”.
El radiólogo: “Aguanta un momentito en esa posición, que no tardo un minuto...” pasado un cuarto de hora... “Perdona la tardanza, es que no encuentro tu historia... ¿recuerdas cuándo fue la última vez que visitaste al médico?”.... Mi hija: “Creo que en 1987”... sonrisas.
La ATS: “Ya ni podemos tomar la tensión, el tensiómetro esta estropeado desde hace dos meses y no lo arreglan”... La médico de urgencias: “Es la crisis”.
La médico de urgencias: “¿Has hecho mucho deporte, verdad?”... Yo: “Sí, diariamente durante algo más de treinta años”... La médico de urgencias: “Tienes el corazón muy grande”.
La médico de urgencias: “¿Fumas?”... Yo: “Como un carretero”... La médico de urgencias: “Pues los pulmones parecen limpios”.
La médico de urgencias: “¿Eres alérgico a algo?”... Yo: “Al sistema”.
La médico de urgencias: “Tienes que intentar tranquilizarte”... Yo: “Ya, pero es que pensé que me estaba muriendo, coño”.
Ahora entiendo a los estreñidos... pobres.
La médico de urgencias: “¿Tomas algún medicamento?”... Yo: “Nunca”... La médico de urgencias: “Haces bien”.
Belén, mientras espero a que me atiendan en la sala de espera: “¿Qué te pasa, Felipe?”... Yo: “Y yo qué sé”.
La médico de urgencias: “A ver, dime qué sientes”... Yo: “Un dolor sordo e interior en la derecha del bajo vientre, presión en el abdómen... y me cuesta mucho respirar... soy incapaz de evacuar y he vomitado varias veces... pero lo que realmente siento es que ahora mismo soy absolutamente vulnerable”.
La médico de urgencias: “Bien, Luis Felipe, te hemos hecho un chequeo completo y está todo en orden... solo has tenido un cólico... y no es nada”... Yo: “Pues cuando tenga algo...”.
La que te dijo que tienes un corazón muy grande es la adivina de urgencias.
ResponderEliminarNo hace falta adivinar, se ve de lejos (desde Madrid aprox.)
ResponderEliminarIgual fue un nudo en la garganta que se pensó valiente y siguió el sendero a ver qué había.
Déjese de vómitos tardíos, escupa la irreverencia en cuantito la detecte. Y cuídeseme con abrazo de mampostería, mi querido mosquetero.
Lo q faltaba, q se nos ponga Vd. malo, coño!
ResponderEliminar(t miraron d la ape´ndice?. No lo dejes, porfi)