Que no me duela morir es lo que quiero... y rimar perros con árboles o hacerme un harakiri en el pulgar cuando atardece... bailar como un poseso al ritmo del ‘Dough roller blues’ de Garfield Akers [bailo bien si estoy solo] y decidir si me muerdo una uña o me fumo el próximo cigarro como un suicida menor... pero que no me duela morir, porque no merece la pena que me vaya de aquí con un recuerdo amargo... y, además, me acojona el dolor insoportable... que no me duela morir, coño, y rimar las costuras de tu falda con los muslos o poner mantequilla en las galletas, y caminar toda una noche entera mientras llueve o simplemente dejarme caer en la cama como un fardo...
Y que me canse de usar solo la mano derecha o que me olvide de que tengo un omóplato mientras miro tus senos de glicina a contraluz y con el filtro verde de mis ojos... y que siga deseando acariciar los meses como a tu vientre hecho de cutis fino y blondas suaves... y no sentirme indiferente como las reses en el paisaje, estancadas en los pastos con nada que hacer...
Que no me duela morir... o que me duela poco... que no sienta dejaros y todo sea rimar la madera de pino con mi cuerpo o rimar los ojos con el negro total de algún abismo... y que de pronto vea tu boca viniendo y mar picada... y que eso sea todo.
Muy bello deseo. Si me permite lo suscribo, todo menos el bienbailar ni siquiera en soledad.
ResponderEliminarUn saludo.