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Mostrando entradas de 2008

Mi hija rebonita.

Mi Mariángeles cumple 21 y es el primer año de su vida que no estamos juntos. Felicidades, hija, y un abrazote gordo de todos los que habitamos la casa que vas dejando vacía. ••• Recuerdo ahora un poemita infantil que le escribí a mi hija cuando cumplió cuatro añitos y que lo mantiene enmarcado desde aquel día sobre su mesilla [empezaba así: “Mariángeles, chichitas blancas, / de la luz chispita alegre...”... no lo continúo porque es algo íntimo y suyo] y la estoy viendo con su vocecita divina hablando sin parar, que aprendió pronto y con mucha corrección, sentada sobre la alfombra del salón, rodeada de juguetes y mirando embobada el vídeo de anuncios de juguetes que le grabamos la Navidad anterior [le encantaba mirar ese vídeo y se lo pedía siempre todo]. También recuerdo, y sonrío solo, sus días de ballet, que fueron muchos, y cómo fueron conformando su cuerpo y sus gestos con esa pose hermosa que lleva en su periplo de mujer... y sus constantes caídas por haber heredado mis tibias gi

Cromatografía de la luz.

28 de diciembre de 2008 Después de 14 días trabajando sobre una lámina irregular de cartulina verjurada crema de 69 x 24,5 centímetros [aprox.] y dos bolis “STABILO point 88 fine 0,4” vacíos, con las muñecas agotadas de tanto trazo y con la cabeza medio limpia de los mil malos rollos pequeños que me acucian, he terminado por fin mi “Cromatografía de la luz”, una representación de nueve mujeres desnudas sobre un jodido fondo de escritura [es lo que más me cuesta rematar, ese tipo de fondos realizados con grafías pequeñas y mezcladas] de las que una está dando a luz una lámpara de filamento incandescente. He vuelto a mis dibujos de línea marcada [ya empecé con ellos en mi nuevo diario gráfico hace unas semanas bajo el título de “Busca mi olor”, del que llevo rematadas 19 páginas], entre otras cosas, porque quiero retrotraerme a esos años en los que intentaba cierta poesía social y en los que siempre hacía este tipo de dibujos, empezando por dibujar mujeres en posiciones lascivas y termin

Mingaslacias Telefónica.

27 de diciembre de 2008 Que cambié hace unas semanas el equipo informático de mi domicilio por uno molón y wifero de la marca Macintosh, y que al ir a conectarme a internet [que tengo un contrato de ADSL con Telefónica desde hace más de seis años], el ordenata reconoce con su Wi-Fi hasta nueve líneas exteriores, pero es incapaz de encontrar la mía. Bien, calma, no pasa nada, coño, que se llama al 1004 y todo te lo arreglan en un palante, que lo dicen por la tele. Y marqué el 1004, y comenzó esa perorata del “si desea hablar con atención al cliente pulse...”, y di con el robot de las preguntas, ese que dice con voz femenina que expreses alto y claro tu pregunta, y la expresé: “buenas tardes, que mire, señorita robot, pues que tengo una línea ADSL con ustedes y que, por circunstancias que no vienen a cuento, he cambiado el equipo informático de mi casa. Y, verá usted, el ADSL no funciona con el nuevo equipo, por lo que quería, si ustedes son tan amables, que me dieran solución a este asu

Como "La musa del arroyo".

Como “La musa del arroyo”, del gran Emilio Carrere [“... Y en la encrucijada umbría de la suerte impenetrable, la Miseria, la implacable, se reía, se reía.”], ha pasado hoy a mi lado todo el contraste entero de mi sociedad moderna y avanzada: los esquiadores bajándose de audis y bemeuves cuatro por cuatro y corriendo a pedir sus riberasdeduero con alitas de pollo o morcilla de Burgos... y el borrahillo solo, de esquina a esquina siempre, charlando con la silla plegable de la viejina que se sienta a tomar el sol, cuando calienta, en la Plaza Mayor. Los beharahuis rancios de magro monedero paseando a sus santas con abrigos de pieles y bolsos de charol [¿Chabrol?]... y el tuerto harto de vino sentado sobre un charco con la cabeza sucia y un vómito marrón a su derecha. La madrileña espesa y su perropeluche con una bandejita de pasteles y unas botas naranja y unas mallas de esquí y un anorak de marca y un sombrero de piel con acné y una pluma... y la rumana oscura pidiendo la moneda de los

Sugerir en vez de dar.

26 de diciembre de 2008 Leyendo los últimos mensajes de Adu sobre literatura y creación, me planteo recapitular sobre mi opción creativa, especialmente a partir del comentario que dice: “Tu prosa es muy lírica, llena de simbolismos y de más cosas que ¿no quieren ser sino sonar bien? (no estoy segura), yo a veces no te entiendo pero da lo mismo, eres diferente aquí que en tus novelas, aquí eres más como tu poesía, que a veces es algo barroca y a veces directa, yo prefiero esta última. A mí no me gusta utilizar palabras poco coloquiales (no se me da bien, no estoy natural), necesito cuadrar todo y ahora -en los últimos meses, años, no sé bien- hasta dejarlo abierto, inconcluso, interpretable.” Veamos... trabajo en los símbolos con voluntad de síntesis y busco que quien decida recibirme, consiga emocionarse, implicándole en lo que procede de mí para que lo haga suyo... y para ello debo saltar sobre la lógica o traspasarla, debo buscar la música y el ritmo... y sugerir siempre en vez de da

Navidad.

25 de diciembre de 2008 Los fastos nochebueneros me dejaron bluf y me pasé la cena en familia como un doliente hasta que a eso de las cinco de la madrugada mi cuerpo dijo basta y me vacié en un vómito violento y curativo. Luego dormí como un niño hasta las diez de la mañanita de Navidad... y como un enfermo busqué un poema de Girondo que había leído hace tres semanas y que hoy me venía al pelo. Lo encontré: ESCRÚPULO Me parece que vivo, que estoy entre los ruidos, que miro las paredes, que estas manos son mías, pero quizás me engañe y paredes y manos solo sean recuerdos de una vida pasada. He dicho «me parece». Yo no aseguro nada. Y dibujé en mi cuadernito una silla rarísima, no sé por qué, pues he dedicado el cuadernito a dibujar olores en forma de mujer sobre un enredo extraño de grafismos. Y me quedé quietito en mi sillón, pensando en esas dos facetas que me oxigenan y que siempre he intentado unir con intentos creativos: el cine y la poesía. Todo arte debe alcanzar desde la vigilia

Otro adiós.

24 de diciembre de 2008 Es Nochebuena mientras me llega la noticia de que se nos fue el amigo Marcos de pronto, sin más. Era Marcos un tipo afable y cercano –también un joven irredento– con el que disertaba del mundo cada vez que tenía que echar gasolina y lo hacía en la gasolinera de Las Mestas, donde él trabajaba, en algún cruce sobre historias de golf o cuando me lo encontraba por Palomares [recuerdo como un flash ahora el magnífico trato que me dispensó cuando di el pregón de la fiesta de Palomares, hace ya unos años –él andaba liado en la asociación de vecinos–, y lo cercano que siempre se mostró conmigo desde aquellas palabras que tuve el honor de pronunciar en público]... y luego el contraste de nuestra Maitina recién dada de alta, con un costurón que acojona en el cuero cabelludo, pero con la risa franca otra vez y respirando con ganas el aire bejarano. Es Nochebuena y, milagro de los milagros, he conseguido la renovación de una de mis pólizas de crédito [algo de oxígeno... poc

'Cangoa', un remake

23 de diciembre de 2008 Siempre pensé que un buen escritor o un buen pintor solo pueden serlo de verdad si tienen cierta base científica y han intentado apurar en su vida algunos conocimientos matemáticos, biológicos, físicos, químicos... para incorporarlos en un fundido con sus creaciones... tanto como andar a solas por los caminos de la ortografía, la corrección expresiva o la semántica... o el dominio de las técnicas más diversas. Así, entiendo al verdadero creador como un ser plural de contenidos que, además, ha decidido vivir en los ámbitos espesos de la intelectualidad, el prosaísmo humano [mucho más corpóreo] y el embarque sentimental. ••• REMAKE DEL MICRORRELATO “CANGOA” EN CLAVE DE G. Me sobra espacio y tiempo en cada uno de los intersticios de mis células... y hay un quejido en las profundas simas de mi cuerpo que me impele a abrumarme de texturas extrañas a mí, de cuerpos nuevos con sus pieles de seda, armiño o lija que en discreto galope me animen a estar lleno alguna tarde

Es divertido...

21 de diciembre de 2008 Es divertido que en el paso del mismo día te regalen un cartón de Chester con las esquelas mortuorias del “fumar puede matar” tuneadas con frases tan sugerentes como “el sexo es muy adictivo, no empiece a f...ar”, y que te acompañe todo el día el hermanito Antonio Orihuela y perpetres con él una solicitud AECI para pillar un viajecillo a Mex que te sirva de paliativo al que no has podido realizar, y que te llame Julio César con la voz enferma para decirte “aquí estoy, amigo”, y que no te haya tocado la jodida lotería otra vez, y que te hayas alzado el librito nuevo de Isabelita Pérez Montalbán después de trajinarte 125 calendarios Molina y unos talonarios zorolos, y que te haya tocado ir a la compra del súper como un zangolotino con tarjeta visa, y que te hayan hablado de Belén para decirte que su mejor libro es el que le vas a editar tú en unas semanas, y que te haya llamado Paco Novelty para decirte que su libro “Aceros cargo” ha quedado muy a su gusto, y que

Busca mi olor...

El constante latido de mi hija ahí afuera y otros asuntos serios que me acucian, me tienen estos días como un tren desmedido que va a ninguna parte... herido, devorado, imbécil para todo, incapaz... Por eso ayer me escondí en mi estudio y me desaté en las manos buscando una salida a esta cabeza a punto de estallar [siempre busco en las manos un trazo que me alivie] y comencé una historia de mí hacia no sé dónde que requiriese trazos hasta agotar los músculos y dejarlos vencidos. Primero puse el título, como siempre ["Busca mi olor"], y luego me engolfé en unos dibujos que llenan mi libreta solidaria de una caligrafía absurda... fue una fiebre total: 10 horas dibujando sin parar hasta que quedé profundamente agotado y pude pillar el sueño. Hoy estoy como nuevo, quizás algo más viejo y desgastado, pero con una hermosa sensación de aire que entra. Dibujar es una terapia extraña que cura exactamente donde duele. ••• Busca mi olor, que el rastro está caliente y el aire te es propi

Tu hija, viejo...

19 de diciembre de 2008 Fuiste a ver a tu hija, viejo, y te jodió un montón mirarla a los ojos, porque en el fondo eres un cobarde para los hijos. Supiste enseguida que está feliz e ilusionada, pero la camiseta pistacho que le sirve de uniforme “Imaginarium” se te clavó en la espalda como una daga retorcida y oxidada que te dejó una herida que habrá de sangrar durante largo tiempo. ¿Por qué no la recogiste y te la trajiste a casa?, ¿no era eso lo que te pedía el cuerpo entero?... pero no, la dejaste seguir en la cabrona lección de vida, atada a un trabajo esclavo y miserable, explotada por menos de quinientos euros al mes en ese centro comercial de mierda donde el oropel esconde la oscura necesidad de todos. No tienes cojones, viejo, para reconocer en voz alta que la juventud debe vivirse y beberse sin esos golpes bajos que hoy le llegan nítidos a tu hija... no tienes cojones para gritar ¡basta ya! y traerla a tu lado sin medir el absurdo futuro y esa tonta ambición de que termine sien

Un detalle de Juan Cameron.

Anoto la generosa crítica que Juan Cameron ha realizado sobre mi obra en el semanario sueco "Liberación" en habla hispana, y lo hago no sin explicar que me gusta mucho sentir por un ratito al Narciso Comendador sentado a mi ladito. Mil gracias por tu generosidad, Juan, y por el aire fresquito que me metes en los pulmones en estos días espesos. La noticia podéis encontrarla en edición web en la página que sigue: http://www.liberacion.press.se/anteriores/081212/notas/cameron.htm « Poesía de Luis Felipe Comendador VUELTA A LA NADA Por Juan Cameron. Con una escritura más cercana a lo cotidiano que al mero discurso literatoso, Luis Felipe Comendador -por lo vital y sanguíneo- conforma un puente entre la mejor poesía de los Cincuenta en España y la actual lírica americana. Así se desprende de su recopilación Vuelta a la nada (Poesía reunida), del año 2002. La poesía de Comendador -que se recomienda- tiene visos nadaístas a pesar de la distancia geográfica e histórica con los magníf

Ce n'est pas cela...

18 de diciembre de 2008 “ Ce n'est pas cela. J'essaie de conserver mon corps en bon état. Je suis peut-être mort, je ne sais pas. Il y a quelque chose qu'il faudrait faire, que je ne fais pas. On ne m'a pas appris. Cette année, j'ai beaucoup vieilli. J'ai fumé huit mille cigarettes. Souvent j'ai eu mal à la tête. Il doit pourtant y avoir une façon de vivre ; quelque chose que je ne trouve pas dans les livres. Il y a des êtres humains, il y a des personnages ; mais d'une année sur l'autre c'est à peine si je reconnais leurs visages. Je ne respecte pas l'homme ; cependant, je l'envie. ” [Michel Houellebecq] [No es eso. Trato de conservar mi cuerpo en buen estado. Quizás esté muerto, no lo sé. Hay algo que habría que hacer y que no hago. No me lo han enseñado. Este año he envejecido mucho. He fumado ocho mil cigarrillos. Me ha dolido, a menudo, la cabeza. No obstante debe haber una manera de vivir; algo que no se encuentra en los libros. Hay

Ya soy un tipo con sombrero.

17 de diciembre de 2008 Hoy me regalaron un sombrero y una primera edición de “Luz desde el sueño”, de Vicente Gaos [Ed. Halcón, 7. Valladolid, 1947], y estoy como un crío con zapatos nuevos, mirándome en el espejo mientras intento poner carita de Bogart [solo me sale un ligero asomo de Buster Keaton] y pensándome para lo que venga con ese cráneo de repuesto... la verdad es que con sombrero me encuentro bien, jeje, de puta madre. Decía el Sarduy más jocoso que no es la muerte la que derrumba con su hachazo, sino el turbio espejo que nos tiende. Y yo me río de mí, y me gusta hacerlo, y más hoy, con sombrero de ala y todo. Y luego llegó Malick diciendo: “soy gilipolla, gilipolla, papá, que me suspendí porque salí del aparcamiento en segunda, no valgo pa na, papá, pa na...”. A mi rebonito le habían suspendido por segunda vez en el examen práctico para obtener el carnet de conducir, y encima se ha ido al paro y los trabajos que le ofrecen son todos con carnet... “gilipolla, papá, todo ente

Fabular y confabularse.

16 de diciembre de 2008 El hombre es dado a fabular constantemente [la mujer quizás más... y no se me echen encima las hermosas feministas que conozco, que estoy para el arrastre y no necesito absurdos estos días], mira y ve donde no hay, hace un círculo negro sobre blanco y se dedica a lanzarle dardos buscando verosimilitud, adjetivos y nombres, verbos y sobrasada... y luego arma un escenario para su trama nebulosa [que al paso de los días se vuelve absurdamente nítida] y suma actores... y cuando el libreto de la fábula está casi ‘imperfecto’, pues que busca a otros hombres para pasar de la fábula a la confabulación... y así se va creando el arma sigilosa del bulo que va de boca en boca... Por eso no me gusta el hombre social, porque acomete contra otro hombre sin razones probadas por no saber darle una salida hermosa a su impronta literaria más genética. Sí, a mí me encanta fabular, igual que a todos... quizás más que a casi todos, pero aprendí hace tiempo de un par de maestros tan g

Isabel y Vicenta conocieron la nieve.

15 de diciembre de 2008 Disfruté como un crío chico con Vicenta e Isabel [dos encantadoras paraguayas que se buscan la vida con mucho esfuerzo en nuestra ciudad... Isabel cuida a mi suegro Ángel]. Empezó a nevar fuerte al mediodía y Ángeles me llamó para decirme que Isabel estaba flipando en colores mirando por la ventana como caían los copos [era la primera vez en su vida que veía la nieve cayendo con intensidad y cuajando en las calles] y que dijo para sí: “si pudieran verlo mi hijo Rubén y mis nietos...”. Así que me armé de cámara y abrigote y me fui a buscar a Isabel a la casa de Ángel. Estaba recogiendo el mantel cuando llegué y le dije: “déjalo todo como está y vente conmigo a hacernos unas fotos de nieve para que las envíes a Paraguay”. Se le encendieron los ojitos y corrió a abrigarse. Al salir a la calle, que estaba resbaladiza de cojones, le dije que se agarrase fuerte de mi brazo para no caerse, y lo hizo bien fuerte. Subimos hasta el parquecito de El Murallón y allí se enco

Nieve posándose.

14 de diciembre de 2008 La nieve volvió a posarse esta mañana en los tejados y a dejar en la sierra ese azucarón de bolla que ilumina el valle con sus reflejos. Ver la ciudad así me pone contento, me empuja a meterme en el frío como un espantapájaros y a sonreír, y lo hago. Mientras paseaba por lo blanco del montecito cercano, no sé por qué, me acordé de pronto de Marina, de su eterna sonrisa y de esa mirada sobresaliente a la vida desde el mejor tono vital que conozco. Siempre fue una mujer con dos cojones... y no sé por qué, también, dejé de pensar en ella de pronto. El frío estaba mostrenco y decidí encerrarme un ratito en la lectura, pues Ángeles anda de exámenes y es mejor no molestar en esas circunstancias que tanto le perturban. Pillé la recién adquirida antología de poesía náhuatl [“La tinta negra y roja”] de Miguel León-Portilla y a la media hora comprendí que hoy no estoy para lo angélico [“Por fin lo comprende mi corazón: / escucho un canto, / contemplo una flor. / ¡Ojalá no

Los 400 golpes.

Como todo lo que hago siempre se solapa con todo lo que voy a hacer, pues que ya hace una temporadita que venía yo gestando mi próximo asunto poético, que, como siempre, ya tiene título: “Los 400 golpes”. Mi forma de trabajar ya la he explicado en alguna ocasión [aunque en mi último trabajo no la he seguido en casi ninguno de sus puntos]: título del conjunto, título de los poemas, apuntes aforísticos y notas al azar de lo que venga, edificación de cada uno de los poemas y darle unidad al conjunto. Bien, pues ya tengo algunos títulos para los poemas de mi próximo trabajo que extraigo de mi cuadernito de notas para que no se me olviden: CANTO AL EXCESO LA FUGA DE ANTOINE DOINEL ANSIAS DE LIBERTAD QUIERO VER EL MAR LA MADRE FALSA SOMBRA DE REJAS SOBRE LA CARA JOVEN Y DESENCANTADO MIRANDO PARÍS DESDE UN FURGÓN CELULAR SE ESFUMA LA LIBERTAD ANTE MIS OJOS EL TUMOR CEREBRAL DE TRUFFAUT Esta vez quiero hacer algo directo, sin dobleces de lenguaje ni fórmulas adjetivadas de dificultad. Exactam

Los pecados de la carne.

13 de diciembre de 2008 Me prestó una coleguilla, que es un cajoncito de sorpresas siempre, una edición de José María López Ruiz con una gozosa crónica de las publicaciones eróticas españolas que lleva por título “Los pecados de la carne” [ed. Temas de hoy, 2001], y me lo he devorado con auténtico gusto esta mañanita [mira que mi coleguilla insistió hace un par de días con ese ‘¿pero aún no te lo has leído?’]. El texto está lleno de sorpresas en forma de coplillas o rimados que no tienen desperdicio, además de contar con una galería de imágenes entre turbadoras y cómicas. Quiero rescatar algunas de las cosas que más gracia me han hecho. De la revista ‘París Alegre’, este cuarteto cabrón por excelencia: Cornudo eres, fulano, hasta los codos y puedes rastrillar con las dos sienes; tan largos y tendidos cuernos tienes que, si no los enfaldas, harás lodos. Un fragmento masturbatorio asignado a Espronceda, aunque en la publicación figura como anónimo: Y mientras las queridas tendidas en el