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Perú [12] :: Entrevista para Canal 15... y pensando en que mañana viajo a Lima ::


Ya se acerca el final y voy poniéndole las tildes a los ojos, voy haciendo recuento de todo lo mirado, de lo olido, de lo sentido… voy buscando resumen en estas horas últimas que dedicaré a buscar algún recuerdo que llevar para los míos, en pasear por el centro de Trujillo y dejarme marcar por sus colores y su calidad de lugar de aventura… iré a comprar el billete a Lima en la Agencia Línea, quizás a visitar al doctor Martín y a tomar con él un jugo en uno de los descansos de su trabajo, visitaré la Casa del Juguete y lo mismo comeré allí su famoso “sanduice” –es uno de los lugares en los que se desarrolla un relato que ando escribiendo–, lo mismo me dejaré perder por los museos de la ciudad o me mezclaré con la gente en alguno de los bulliciosos mercados… me encanta mirar cómo juegan los niños y cómo se acomodan los jóvenes en las aceras, junto a las vendedoras de todo, aunque a veces ese acomodo encierre toda una tragedia… esos jóvenes no asisten a escuelas o institutos, son carne de calle.
Sé ya que cualquier visitante puede quedarse con viajes distintos en el mismo viaje, que de la misma exacta experiencia podría resumirse el haber estado en el país más hermoso de la tierra o en el país más triste, en un país con temor o sin asomo de él… solo es preciso permutar la mirada y llevarla sin más al sentimiento… el peruano es extraordinariamente amable, acogedor… casi nuca directo, siempre extremadamente agradecido de palabra [dice gracias por todo y a todo] y su hablar es suave y muy pausado… sus movimientos también [solo se apresuran cuando hay que cruzar alguna calle, pues el tráfico no respeta normas viandantes y es tremendamente agresivo].
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Cuando llegué a mi habitación, tenía una llamada de Carlos Armendáriz, un periodista especializado en temas culturales y literarios, quiere hacerme una entrevista para el Canal 15 de la televisión peruana. Le agradecí su atención y hemos quedado a las seis de la tarde para grabarlo… también ha tenido este viaje su cosita literaria, y eso me gusta. Ahora son aquí las 4:41 horas de la tarde… estoy cansado… estoy feliz… y también estoy triste.

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