Agostado el verano con tres esquelas diarias no es para estar contento, a no ser que seas funerario... pero no es eso... no eso, ni que se le amanezca a uno un golondrino en la nuca (alguna ventaja tendrán que tener los sin nuca) o que se te salten las lágrimas al pedir el saldo por cajero... no es eso, como ya digo, que es otra cosa... La vieja de al lado me decía ayer que el viejo ya es una carga, una jodida carga que se mea por las noches en la cama y que al amanecer precisa hasta que le den la leche a cucharadas... ‘y no lo llevo mal si no pienso en todo lo que me estoy perdiendo’... me decía... y al otro lado de la calle, alguien respondió... ‘dale yogur y oblígale a mear cada hora desde que amanezca’... y tampoco es eso, no, tampoco... ni lo de la jodida y puntual llamada puntual de las tardes para recordarte que debes parecer el Banco de España (es inquietante pensar en que quien sabía, ya no quiere saber)... Quizá (aunque a algunos le jodan los ‘quizá’ y prefie...
Bitácora de Luis Felipe Comendador