A primera hora llamé a mi Juanito para interesarme por su salud, que hacía un par de semanas que no tenía noticias de él, y me dijo que andaba paseando por el parque y que había quedado con Pepe y con Sonia para tomar un cafetillo… así que corrí hasta el parque para pasar un ratito con mi amigo del alma [echo mucho de menos su presencia diaria, pues siempre fue mi apoyo, además de un conversador extraordinario y un loco maravilloso]. Andaba Juanito con una muleta cuando lo encontré, renqueante, pues tiene la rodilla izquierda muy inflamada, y después de unas semanas todavía no se sabe lo que le sucede. Caminamos juntos, como antes, y nos pusimos al día de todos los avatares… él me contó su estado anímico y físico –siempre lo lleva todo con una sonrisa admirable y un ánimo que da envidia– y yo le puse al día de los asuntos SBQ, le expliqué cómo será mi viaje y le di algunos detalles sobre los proyectos… luego llegaron Pepe y Sonia [gente buena como no puede imaginarse] y juntos nos fuim...
Bitácora de Luis Felipe Comendador