Ser la copa para llenar o el viento... y este calor que abrasa... y los pernos del cuerpo que no pueden ni siquiera con lo cándido. Me gustaría ser otro, un otro decidido a dejar el mantel puesto en la mesa para que los pájaros se sacien con los restos, un otro al que no le preocupe si la luz quedó encendida toda la noche o se cerró la nevera... y decirle a alguien... ‘te mataré, cabrón’, como hacía Hank con Gibson en la página 134 de ‘La senda del perdedor’... me gustaría ser otro, joder, otro... no este ángel de cartón piedra que sabe perfectamente que el peor mal proviene siempre del que antes era bueno, no este tipo con oficio poético a ratos que encuentra satisfacción, se tranquiliza y se desinteresa... ser otro capaz de encontrar artículos de lujo entre los hombres y no entre las cosas, capaz de la juventud tardía e incapaz de trabajar en lo que no me guste... ¿por qué no lo soy?... si al final todo se resume en morirnos como perros asustados sin saber siquiera si cuand...
Bitácora de Luis Felipe Comendador