18 de abril de 2009 PARTE DEL DÍA PARA GUAPALUPE [DE ÍTACA A ITHACA] Yo no debo tener ese carácter mediterráneo del que hablas, Lupita, pues sería absolutamente feliz en Ithaca, sin pasear, sin tomar cañas con tapa –un cafetito, sí, claro, por dios, aunque me lo tuviera que hacer yo en cafeterita–, con una casita de madera bien iluminada [y con rincones oscuros para escribir] desde la que ver ciervos y ardillas y cascadas y agua... y que nadie me dirigiese la palabra cuando fuera a comprar [jo, qué pasada, y encima todo al 50% de descuento]... en fin... jo, y enseñando a estudiantes cómo se debe tramitar la vida desde mi punto de vista y cómo se debe escribir un poema [siempre sentía envidia cuando Ángel González me contaba sobre su trabajo universitario en Alburquerque, que era algo parecido a lo que te cuento... lo contrataron por ser un gran poeta para enseñar poesía y vida... eso es un trabajo, ¿eh? En esto los norteamericanos nos sacan veintisiete cabezas de ventaja, que pillan...
Bitácora de Luis Felipe Comendador