Circunstancias profesionales me tendrán amarrado al duro banco durante todo el fin de semana [tengo que completar la maquetación de una revista completa para un cliente exigente y he previsto alrededor de 22 horas de curro, y todo sin la seguridad de llegar al lunes con un trabajo digno, ya que los materiales que me aporta no tienen el brillo suficiente para los resultados que me pide]. Tendré que buscarme el medio mago que tengo escondido [siempre me gustó hacer juegos de manos] y sacar de la chistera alguna idea plástica sobre la que trabajar en el jodido blanco del papel… y todo teniendo que ponerme en la mente de mi cliente y trabajar en su gama cromática y estilística, que está aproximadamente al extremo opuesto de mi visión del asunto. Es difícil, lo juro, y más con este apresuramiento de empujones y fechas cerradas. Como siempre, he realizado un plan de trabajo sobre el papel y me propongo cumplirlo al dedillo, salga lo que salga [inventarse 72 páginas con un sentido unitario y ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador