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Mostrando entradas de diciembre 2, 2012

Crear mundos...

Si Gog, Ávalon o la tierra perdida de Lyonesse fueron fruto de la imaginación tanto como El Dorado o las Islas Esquivas del Mar de la Oscuridad, ¿por qué no soñar ahora con magros paraísos que no sean solo fiscales?, ¿por qué no crear mundos dentro del mundo en los que aún sea posible la aventura y el milagro?... y es que vuelvo a no estar para nada en esta turbidez socioeconómica gandula y matarife. También en el circo económico hay atlas falsos del mundo, mapas en los que se suponen seres omnipotentes, abundantes riquezas y peligros sobrenaturales (siempre me pregunté por qué entre el catálogo de números... enteros, naturales, reales, racionales, imaginarios... no hay un capítulo para números sobrenaturales), atlas hechos por navegantes fallidos o interesados, atlas económicos empeñados en inventar realidades fuera de la verdad copernicana, atlas para una nueva colonización de las islas sumergidas que son los hombres de a pie, los hombres primarios que solo necesitan lo justo

Una glosa necesaria y una aclaración no sé si pertinente.

Le pese a quien le pese, es buena la expresión del daño y siempre fue malo el silencio, tanto si la expresión puede aparecer injusta a ciertos ojos como si el silencio puede interpretarse como afinidad o como pura y simple complicidad... yo siempre he preferido ‘decir’ a pesar de lo que ello a veces supone. Y ahora toca expresar el sentimiento íntimo, el que está fuera de los complicados caminos que tomamos los hombres, el desnudo. G es diáfano, limpio de alma, delicioso de tratar y muy fácil de querer, por lo que me parece profundamente injusto que lo circunstancial le haya traído sufrimiento y malestar (el mundo a veces es trágico en sus jugadas y tremendo en sus pagos)... y solo puedo declarar en voz alta que G es una de las tres personas que más y mejor huella han dejado en mi vida y que mi suerte, mi verdadera suerte, es haber compartido una parte muy importante de mi vida con él... ¿qué más decir?... ¿que le quiero como a un hermano?... pues sí, le quiero como a un herm

Los cuatro bolis de J.

J llevaba cuatro bolígrafos Caixa en el bolsillo interior de su americana, cuatro bolígrafos perfectamente alineados que se hacían visibles cuando me ofrecía uno de ellos para que estampase mi firma en alguno de los múltiples documentos bancarios que resumen diariamente el proceso de grilletes... parecía un chamarilero de nuevo cuño dentro de la trilería bancaria, un chamarilero con bastante más estilo que otros... yo le comenté enseguida que saldría en esta bitácora justo por el muestrario boligrafero en americana exposición, a lo que me contestó que alguna vez la había leído y que no estaba muy de acuerdo con algunas referencias a mi amigo G, referencias que en sus ojos aparecían como pura injusticia con el amigo de siempre... yo noté enseguida que J me tenía guardadas esas palabras desde hacía bastante tiempo, y también percibí que hasta ese justo momento había guardado silencio por su obediencia debida, su extraordinario afán de servicio y, ¿quién sabe?, por cierto sentimie