Como las nochebuenas me aburren de morir, y más la de este año, en la que se suman historias chungas que no me gustan nada, me armé de papel y plumas para pasar el trago escondido en mis trazos… la cena fue magnífica por donde se mire, pues no me enteré de la misa mientras me manchaba los dedotes de tinta como un crío chico. Destaco del evento que besé a mi Sarita chica, que está divina con sus seis mesines, aunque tuve que hacerlo por la espalda y a traición, oye, pues es verme y ponerse a hacer pucherones… y que mi sobrino Javier, que es un tipo grande y callado, me regaló dos hermosos instrumentos de pintura [un brush pen japonés con sus cartridge’s PF10 y otro brush pen recargable para rotulación de caracteres orientales]. Cené de lujo, dibujé hasta que me dolieron las manos y de vez en cuando me desconcentré para decir alguna burrada. Y luego a dormir como un cosaco. ••• Y llego esta mañana y me encuentro en mi mail con uno de los regalos más hermosos que pudiera imaginarme… regre...