En esta trinchera de hoy no soy el héroe, pues no hay cuchillos ni se admite el cuerpo a cuerpo con armadas bayonetas en las manos, ni siquiera caen bombas o la sobrevuelan los misiles... yo la imagino con recién mudadas pieles de serpientes y con carcasas viejas y oxidadas de las balas antiguas que hicieron legendarios a los muertos... en esta trinchera de hoy todo sabe a renuncia y hay rabia, mucha rabia entre los parapetos... y todo está como apagado y oscuro porque ya no hay posibilidad para lo heroico y todo se resume en la constante parodia de uno mismo y sus cosas. Solo, aturdido, me pregunto quién destrozó mis sueños, quién lo frustró todo con su futuro calculado y ese jodido ardor por hacernos segmento en vez de línea. Miro atrás y quedo boquiabierto al ver lo que quería y al saber lo que tengo, al sentir netamente lo que deseaba para el mundo y en lo que se ha convertido esta cosa centrípeta y virtual que me deglute. Mi abuela se levantaba temprano, con el amanecer, y se lava...
Bitácora de Luis Felipe Comendador