SENTADO SOBRE EL COFRE, HABLO A LA DIOSA Si quieres venir, has de saber que jamás piso tierra sagrada y que palpo la vida con las manos abiertas, que bebo la leche fría en el tazón blanco y dedico las mañanas a acumular la savia que haga crecer un árbol hermoso sobre mi tumba, que transito desnudo el espacio que dejan las mujeres para impregnarme del viento de sus danzas, que en la noche apago las orillas y recojo el horizonte, que colecciono almendras con vocación de ojos y me baño en el jugo que vendimio en los vientres. Debes estar dispuesta a repararme con el cuchillo oxidado, a conquistar mis axilas rebeldes con tus dientes blanquísimos y a buscarme el envés con perversión y signos. Debes estar dispuesta a admitir mi evidencia e incluso a suplantarme si me vieses cesando. Debes estar dispuesta a beberme, a chuparme, a poseer mi espalda, a anular mi esplendor con dulces resistencias, a vigilar mi sueño sin tocarme los hombros, a buscar los matices de mi nuca afeitada, a custodiar m...
Bitácora de Luis Felipe Comendador