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Mostrando entradas de septiembre 4, 2011

Herme, Begoña y Josetxo...

Herme G. Donis leyendo STANDDART durante nuestro encuentro en Béjar Llegaron Herme y Begoña justo para sacarme de una pequeña crisis de estrés personal y de este agobio crónico que me viene con las fiestas, un agobio de ganas de hacer y no saber qué... y charlamos tendidito de demasiadas cosas mientras yo valoraba el rostro de mi Herme linda y los cambios producidos desde hace ya casi dos años que nos vimos por última vez... y de pronto la vi como una Juana de Arco de ahora, vital, entregada a dos o tres ideas sólidas, queriéndose y queriendo con fuerza, peleando por hacerse en lo que, desde mi punto de vista, ya es, una mujer sentada en el valor y en la capacidad crítica. Que me encantó tener a las dos frente a mí en la terraza de PdT, desayunando cafetitos con ‘bolos de arroz’ portugueses y hablando de Claudio, de Pepe Hierro, de Paulina Cervero y de Víctor, de mi Morantón... y también de cómo ser y actuar en el tiempo que resta, de en qué intentar crecer... un beso gordo para
Durante los días de fiesta local me pongo nostalgicón y mimosorro mientras se me viene a la boca el sabor de las pipas de calabaza que me daba la abuela para matar a las lombrices intestinales o el dulce tostado de las almendras garrapiñadas de las ferias... entonces todo era mágico... el chirrido del pizarrín en las pizarras chiquitillas, el rascar de los plumines en el papel, agotados de tinta; los cuajarones de la nata de la leche embebidos de azúcar sobre el pan reciente, los tirantes de pinza para sujetar las calzonas, el imán de herradura, la taba, las sandalias de tirillas con dos cierres, el primer paraguas automático [todo un lujo], las cajetillas de ‘Ducados’ de mi tío Ricardo, la peonza con su cordel acabado en una moneda de dos reales, el rinche de los primeros besos, las lluvias de septiembre, el olor de mi madre, las pantuflas de cuadros, las torrijas con leche, las interminables horas de futbolín donde el churrero, las cosas de Cañanda, El Moreno y su burro, Tito

STANDDART y eso de 'hacer pasillos'

Hablando ayer con Fernando Sinaga sobre las dificultades de ‘STANDDART’ para conseguir alguna mordida publicitaria que pueda darle oxígeno, me preguntó de pronto...  ‘¿Habéis hecho pasillos?’... y me dejó en silencio. Confieso que no lo sé, no sé si ‘hemos’ hecho o no pasillos porque, entre otras cosas, no sé en qué consiste ‘hacer pasillos’, aunque me lo imagino... me imagino que ese ‘hacer’ responde a uno de los peores cariotipos hispanos... el trabajarse al político, al funcionario intermedio, al amigo del amigo, al primo de nosequién... y venderse antes que ofrecerse, venderse con verdadera humillación al poderoso para que suelte una ‘gallina’ pública en tu corral [recuerdo ahora que cierto periódico extremeño solo da noticia cultural o editorial si quien genera la noticia hace una suscripción VIP de su mercadería... que le pregunten a mi amigo Marino... o, sin ir mucho más lejos, mis salidas por la puerta de atrás como colaborador de ‘El Adelanto’ o ‘Tribuna de Salamanca

El fin del mundo y el día de la patrona de Béjar.

"Sauces al amanecer", un estudio de la luz de Emilio Pettoruti junto a mi cenicero. ‘El fin del mundo’, dijo, y se quedó tan pancho... pero a mí me melló, que soy cordado y se me hernian los discos a la altura lumbar... ‘El jodido fin del mundo’, insitió... y empecé a verlo mucho más claro. No, no era cosa de cometas que se avienen, era simplemente que cada uno tiene su fin del mundo y por eso hay millones de fines del mundo cada día... ‘Sí, cada jodido día’, dijo haciéndome eco, ‘pero hay otros fines del mundo que no son muerte ni la suponen, chiquitín’... y quedé como desvencijado por tanto puto fin del mundo retórico y sin retoricar... ‘Es lo que se fue, lo que pasó, lo que se gastó, lo que dejamos pasar, lo que no quisimos hacer, lo que hicimos... eso es, pero también otras cosas, también otras jodidas cosas’... y cuando me predisponía a intervenir con una parrafada intuitiva, una de esas a bote pronto, volvió a hablar... ‘Pero podría no estar hablándote del fin

Un dibujo de hoy

¿Merecer la suerte o trabajarse la vida?

Alguien me hablaba ayer de ‘merecer la suerte’ y yo le comentaba que es mucho mejor ‘trabajarse la vida’, porque tanto el ‘merecimiento’ como la ‘suerte’ contienen trazos que no me agradan demasiado. No soy ejemplo de nada... intento devolver los golpes que me dan, me ensaño cuando puedo si las circunstancias ponen a mi enemigo bajo mi rodilla y seguro que tengo precio, aunque aún no sé cuál es porque no recibo ofertas... pero tengo a mi favor el haber llegado al pequeño/gran conocimiento de que he de trabajarme la vida cada minuto de cada hora de cada día, y lo procuro con verdadero empeño, desde hace varios años, en base a un decálogo de aserciones a las que jamás quisiera faltar y que enumero: Soy un hombre entre los hombres y nadie es más que yo ni menos que yo.  Hacer me construye en ser. Hago para mí mismo y hago para los demás.  Cada mañana supone una nueva oportunidad para buscar justicia. El hombre justo es el hombre necesario.  ‘Intentar’ resume la mejor filoso

Gominolas para los patos

GOMINOLAS PARA LOS PATOS... COLABORA EN ESTE HERMOSO PROYECTO