Ayer, a última hora, vinieron a visitarme Mari Sol, Urceloy y su hija Julia –encantadores, como siempre–, como los Reyes Magos, cargados con un delicioso queso de Cabrales y con una botellota de tequila reposado «Mayorazgo» que Mari Sol me ha traído de su periplo mejicano... también traían un recorte de prensa graciosísismo en el que mi libro «El gato sólo quería a Harry» figuraba como el cuarto más vendido en el apartado de poesía durante el mes de agosto –ja, ja, ja....–, nada menos que por delante de Edmond Jabes, Valente y el colega de Cuenca... Para partirse el culo o para darse cuenta de que uno tiene colegas por ahí que le cuelan de mentirijilla en estas listas. Salimos de marcheta corta –estábamos todos derrotaditos– y pillamos cama a la primera excusa. Me acordé un montón de mi Morante –cómo le echo de menos últimamente. (11:30 horas) Murió Hilario Camacho y en mi casa hay otro vacío pequeñito en el que aguardarle. Su recuerdo permanece vivo en mi discoteca breve y en mi álbum...
Bitácora de Luis Felipe Comendador