21 de febrero de 2009 El tipo que comía con su familia no cayó en la cuenta hasta que las tuvo en sus narices... el bebé lanzó al suelo su juguetito y la camarera corrió a recogerlo mientras el tipo que comía con su familia comenzaba el gesto de agacharse... no sé qué sucedió, pues el mostrador que separa el comedor de la zona de bar me impidió verlo todo, pero vi perfectamente cómo ambos se agachaban, desapareciendo tras la barra, y volvieron a aparecer en un instante... el tipo con cara de agradecimiento y la camarera con una sonrisa hermosa... desde ese instante, el tipo no le quitó ojo a la camarera, sobre todo cuando doblaba su cintura o intentaba estirarse para servir los platos de las mesas aledañas. Yo me quedé enganchado a la situación y la seguí durante diez minutos... de pronto, coincidiendo justo con un instante de silencio, escuché cómo la mujer que se sentaba frente al tipo –enseguida imaginé que era su esposa–, le decía enfadada que por qué miraba con tanto descaro a la ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador