El mundo del hombre se traza por el ‘valor’, pero no por la realidad tangible de lo valorado, sino por la dimensión especulativa de la valoración... así llegamos a este desastre en el que ardemos, en el que existe una verdad de lo tangible, pues hay lo que hay, y una mentira atroz en la forma de valorarlo... llegando al punto absurdo de que se mercadea con ‘valores/valoraciones’ y no con realidades. Un medicamento puede ser valorado con los parámetros del exceso que suponen las partidas de sueldos y beneficios de ejecutivos, comisiones legales e ilegales a galenos y farmacéuticos, con el forzado artificial de escasez y acumulación... pero si los gobiernos –como es ahora el caso del nuestro– obligan por ley a recetar específicos sin marca [genéricos], a los industriales de la salud se les caen los palos de sus lujosos sombrajos y se ven obligados a acercar sus precios a los de los genéricos... El ejemplo es claro y, creo, puede ser extrapolado a casi todos los campos del ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador