Collige, virgo, rosas... despéñalas del álamo, niña, calamidad, arranca rosas y despetálalas, no esperes a mañana. Córtalas a destajo, crotálalas, tálalas desaforadamente, horca, sin pararte a pensar, collige, virgo, si son malas o buenas, que no duela ni una, que no quede ni una. Púlele, pulúlale, planta los rosales que encuentres a tu paso, en tu vaso, y deja, vieja, veja las espinas para tus compañeras de prostíbulo, colegio, caja, moja. Disfruta de la luz, azud, alud, talmud, y del oro del coro y la corola mientras puedas, no debas, no bebas, y rinde y bellefea, me dejas de una pieza, y a ese dios rechoncho, poncho, concho, lonchea y melancólico, melódico, que va por los jardines, alumbra con la tea, instilando veneno, qué bueno. Goza labios y lengua, mengua, machácate de gusto, busto, susto, con quien se deje, teje, y no permitas, nunca, que el otoño, madroño y hasta el mismito coño, te pille con la piel, qué hiel, reseca, piel de teca, y sin un hombre, ¡hombre!, (por lo m...
Bitácora de Luis Felipe Comendador