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Mostrando entradas de julio 13, 2008

Aires de blues.

Lectura poética en la Fundación Juan Ramón Jiménez (Moguer). Foto de Antonio Orihuela. Aires de blues van calentando el ambiente y me veo mayor y distante de demasiadas cosas. Ya no soy lo que era, aunque noto en la lengua que soy lo que fui, y las piernas se mueven al ritmo de la música negra como por ciencia infusa, y siento serpientes adentro [unas que me devoran y otras que me mudan la piel], y comulgo cerveza por salir del calor de alguna forma, y río como un chiquillo, y me alimento de chirimoyas, y siento que aún algo late por mi cuerpo… El mar es ahora la hierba verde que piso y debo mirar el sudor de la gente que se aburre en sus sarcófagos con piscina y mesita de jardín, y luego tirar por la borda la costumbre y buscar un crepúsculo rojizo donde hacerme manzana o pervertido. Si manzana, enrojecer al sol y buscar el mordisco de una boca encendida. Si pervertido, indagar mi desnudo y alumbrar con mi semen otro cuerpo, y salvarlo del tedio con el émbolo crema y la herida manando

You se emancipó.

Que un hijo se emancipe, como andan los tiempos y los martinsas, ya es para nota; pero si el hijo te llegó hace tres años en patera desde Senegal con lo puesto, que era bien poquito, sin papeles y sin conocer el idioma… es ya para cumlaudearse. Bien, pues ayer comenzó mi Youssouph su trabajo como recepcionista trilingüe en un hotel de tres estrellas, con contrato legal e indefinido y en las mismas condiciones que un español al uso. Su primera posta fue de turno de noche y yo me presenté con mi cámara para captar el hermoso momento de verle con la dignidad que el hombre le debe siempre al hombre, feliz en su puesto de trabajo y lleno de orgullo. Me lo habría comido a besos, coño. Mil gracias a los propietarios y al gerente del hotel por haber sabido valorar a mi chico [que es un campeón con voluntad y empuje] sin pararse a mirar razones fuera de la idoneidad profesional. Sé que no les defraudará. Aquí quisiera hacer un apunte sobre mi amigo Pepe Honti, pues gracias a él se solucionan as

Mi nuevo librito nuevo.

Hoy me tocó recorrido fotero por los pueblitos que conforman la Mancomunidad Ruta de La Plata y pasé un calor de chumberas y melocotones maduros. Seguía en mi memoria el recuerdo del viaje y me puse como lánguido entre las curvas cerradas y el cielo de topacio. Solo una culebrota Rhinechis scalaris, atravesando la calzada perseguida por una hermosa rapaz, me sacó de la cosa piporra [tengo la suerte de vivir en una tierra de naturaleza hermosísima y vivaz]. En fin, que me hice las fotos políticas encargadas para una próxima feria de turismo y volví sudando como un Mambrú mientras escuchaba en la radio el soplamocos de Martinsa al sistema periódico bancario [ladrones que roban a ladrones mientras juegan a hacer caer la economía del país para que los pequeños empresarios las pasemos aún más putas… solo falta que el abuelillo Estado les ponga pelas sobre el mantel para que sigan comiendo como pantagrueles]. Y luego me llamó mi Felipón para decirme que había salido en la revista ‘Micasa’ co

Un viaje con hijos a la playa.

Es difícil recuperarse de un viaje con hijos a la playa si a la vez has tenido que asisitir a un encuentro sobre poesía y capitalismo, si acaba de salir tu nuevo libro, si llevas como encargo intentar cobrarle una factura gorda a la Diputación de Huelva, si tienes que abrazar a un buen florero de amigos a los que hace un montón de tiempo que no ves [y conocer a otros nuevos que prometen], si debes entregar un curro dos días tarde y además va de pena o si te meas encima porque un tipo tenía prisa y empujó la puerta del servicio con ímpetu y te golpea cuando andabas en lo más potente del chorro [no le sumo a esto que vinieron Urceloy y Sol –y no tenía ni idea–, que me llamó Belén y no estaba o que Lorenita andaba necesitando miradas y palabras de sosiego]… y más si me lo pasé de puta madre y conocí a Omar Pimienta [mexmen] y pude saludar a Caraoscura y a su virgen de danza indú sensual y molona, si me abracé fuerte a Antonio R. Caballero [raza pura rasgando la guitarra] y besé sin pudor