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Mostrando entradas de mayo 17, 2009

La liberación irracional del bufón Yo.

23 de mayo de 2009 A veces me busco en la longitud de un texto... otras veces en el caos distraído de compilar frases sueltas que no tendrían aquél si yo no se lo pongo... todo liberación irracional del personaje Yo, efectos artificiales de un deslector al que le da lo mismo el resultado, siempre que sea resultado. Abro un volumen, cualquiera, y tomo las riendas irracionales de un juego al que he jugado siempre... Vigila las bolas negras que contienen los párpados y sé intransigente en la herida, odia sin silencio y mira al muerto lógico que eres... estás ahí, pero no eres ya ni el dilema de ser... bosteza para mi calma, pues el bostezo traduce tranquilidad y huele a presa propicia. Cuando era niño me metía debajo de las camas o me escondía entre los cortinones de las alcobas... desde allí vigilaba el cristal de lo que no era, lo espiaba todo como quien mira abrir el vientre de la ballena entre los barcos. Aún sigo siendo el hombre niño con el corazón grande, el que siente la música en

La camarera de Gorfan [recuerdos de África].

22 de mayo de 2009 Era etíope y se notaba el orgullo que emanaba de aquella circunstancia. Yo le pedí una cerveza “Yambo” y un par de sambusas... me sonrió y noté que despertaba en ella cierta curiosidad por mi porte de extranjero blanco, así que me sirvió el pedido y se sentó en la mesa junto a mí para hacerme preguntas. Yo quedé inmediatamente atrapado por su sonrisa y apenas era capaz de contestar a las preguntas que hacía en swahili y que mi intérprete me traducía... solo recuerdo nítidamente de aquel cuestionario cuando me inquirió que cómo era la felicidad de un blanco, de qué color. Yo, muy gallego, le respondí preguntándole que de qué color era su felicidad, y me explicó que en época de lluvias largas era roja, como la tierra de Karatu, y que en las temporadas de sequía era del color de las flores del baobab. Bebimos juntos durante más de media hora mientras yo comentaba con Juanito que jamás había visto en mi vida una belleza tan salvaje. Cuando salimos de allí ya atardecía y

Todo sobre mi madre... [recuerdos de África].

20 de mayo de 2009 Acababa de estrenar Pedro Almodóvar “Todo sobre mi madre” justo cuando yo ocupaba mi asiento en el vuelo de la KLM que me llevaría de Ámsterdam a Arusha. No había podido echar ni un jodido pitillo desde que salí de Barajas, ni en las tres horas de espera en el Ámsterdam-Schiphol [al primer intento de incineración de cilindrín en los baños, un guripa con perro hablando en tagalo me sacó a empujones y me apagó el cigarro]... no empezaba bien la cosa... más si sumamos que el ágape de inicio de vuelo me descompuso el vientre y tuve que echar las ocho jodidas horas soportando a un sudafricano albino y gordo que se quedaba roque en mi hombro. La caída en las pistas de arena del aeropuerto Kilimanjaro fue como un regalo de los dioses... ya atardecía cuando pisamos tierra. Yo estaba destrozado del viaje. El primer intento de pisar tierra tanzana, saltando desde la zona internacional con las mochilonas cargadas, fue en vano... dos negrones vestidos con uniformes verdes y rojo

Que yo soy normal.

Creo que ya le he dado el clin a mi tercera novela... que conste que me ha costado un güevo y parte del otro acabar con ella. Para celebrarlo con vosotros he decidido dejaros el primer capítulo, que ya salió publicado hace tiempo como un relato corto, justo cuando empezó a crecer como historia larguísima de un tiempo que conozco porque lo he vivido segundo a segundo. Imagino que el formato escogido os resultará raro, pero es que yo soy rarito de verdad en esto de la prosa... a las pruebas de mis dos anteriores novelas me remito. El sistema de escritura es el de chorro, con un narrador autodiegético que cuenta sin orden su vida con un vocabulario nada literario... y que quiere dejar el poso de toda una generación –la mía y la suya– desde su mirada lunática. También se intenta un ideario de calle en el que nunca faltarán los referentes temporales en múltiples facetas. Junto a la narración principal, que se pretende de ritmo frenético, sin descansos de respiración, hay otra historia que v

Los negritos buenos... [recuerdos de África].

19 de mayo de 2009 Los negritos buenos de Machín, los que no pintaba el pintor de santos de alcoba, andaban con los aros enredando a la hora de la siesta. Yo no podía dormir, porque África me brujeaba el cuerpo y aún no había salido de mi asombro del minuto anterior, cuando ya llegaba el asombro del minuto siguiente. Estaba tumbado en la caja del todoterreno, entre sacos mullidos y tablones de madera, mirando absorto a los críos correr y gritar y llorar y reír... todo al unísono. Estaba seguro de que era el día más feliz de mi vida... junto a aquél en el que pillé a mi Mariángeles entre los brazos por primera vez [era un bebé divino, incomparable], como aquél en el que mi Felipín hacía pucherones con la boquita y se me tiraba al pecho como si yo fuera un ama de cría, como aquél en el que se cruzaron durante una hora infinita las primeras miradas de Guillermo con la mía, agotada y satisfecha... sí, era la felicidad completa ver a los niños correr entre los fardos de cebollas y detenerse

De poeta a poeta.

En marzo del 99 me quedé huérfano de ese padre poético que fue Jaime Sabines. Hoy me duele, y bastante, este silencio nuevo que lleva el eco sordo de Mario Benedetti. De poeta a poeta, han pasado 10 años. Ginsberg también murió... y Ángel González. ¿No le pesa a la muerte tanto daño?

Mañanita completa.

18 de mayo de 2009 Mañanita completa en la que acabo de cerrar todo el programa del encuentro literario “Voces del extremo” con la guindita de poder tener entre nosotros al coleguita Alberto Pérez, que sumado a la alegría Caroscura, a la deliciosa sensibilidad de Jesús Márquez y al magisterio de Paco Ortega [sin obviar a los más de cincuenta poetas del panorama nacional e internacional que dejarán en Béjar tres jornadas brillantes] estoy seguro de que harán las delicias de propios y ajenos, a la vez que terminarán por convencer a nuestras instituciones de que se pueden organizar actos culturales de calado con un presupuesto bajito y muy bien aprovechado. El cierre con Alberto, que el fue la última escalita de más de dos meses de gestión, se clavó en una conversación telefónica divertidísima que era continuación de otra anterior hace una semana, que a su vez era continuación de unos hermosos días en Punta Umbría, que a su vez fueron continuación de su paso por Béjar hace ya unos años...

Poesía... ¿originalidad o personalidad?

17 de mayo de 2009 Muchas veces me he preguntado sobre los motivos del poeta, pero jamás he llegado hasta un solucionario concreto que me dejase el paisaje despejado para ver clarito. Dos puntos de partida, para intentar hincarle el diente a este asunto, son fundamentales: 1. Trabajar desde la idea de quien poetiza para sí mismo y lo hace sin pensar en el lector, jugando a la introspección serena y sincera, a interpretar el mundo y a interpretarse. 2. Enhebrar las poéticas que tienen siempre al otro como referente receptivo, poetizando con maquillaje para ‘obtener’, para ‘recibir’, para ‘ubicarse’... siempre con un diverso contenido narcisista. Y, desde estos dictados puntos de partida, analizar dos conceptos que les son inherentes, que pueden emanar por sí solos, de forma independiente o mezclados... o ser buscados con diversas dosis de éxito o fracaso. Esos dos conceptos son la ‘originalidad’ y la ‘personalidad’. Desde el punto de vista del creador que trabaja para sí mismo, desde sí