Estos ojos de lana vieja, que necesitan lentes, están como alambrados ante el mundo y todo lo ven fósil y bostezo, y ya no diferencian entre lecho y helecho (al fin y al cabo ambos hacen cama) ni entre un paraíso y un paraeso … pero el detrás es carne y huesos y miasmas, un yo de esa amalgama medio descolocado con los años, un antes paradigma que huye con fervor del paradogma , un mecanismo simple que ha perdido los ángulos de enfoque, pero que adentro sabe y procesa las imágenes a la usanza fotógrafa de entonces… luz roja… papel Negra … negativo enfocado a puro ojo… segundos de luz neta contados a la usanza milcientoúno, milcientodós, milcientotrés… luz roja nuevamente… revelador… agua… fijador… agua… y secado en ventana para ese satinado que ahora es inencontrable… y así se va sabiendo que todo es espejismo cuando no es pura siesta, que la Ofelia de William Waterhouse fue solo el recorrido de un ardor personal con margaritas, que Anna de Noailles no fumaba Gauloises o qu...
Bitácora de Luis Felipe Comendador