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Mostrando entradas de octubre 22, 2006

Odysseus Elytis

Me hubiera gustado ser como Falstaff –o como Oldcastle, que es justo lo mismo–, un gracioso caballero bebedor, gordo hasta estallar y juerguista hasta la muerte. Ser como Falstaff para recibir a mis amigos como se debe, con cenas Pantagruel y perfidias Maldoror... Ayer pasaron por Béjar Tony y Miguelón... y sólo pude tomar un triste café con ellos... ¡Joder!, después de tantos años sin vernos y de tantos buenos años pasados juntos... un triste café de mierda. Por eso también le dije ayer a Maite –que me propuso visita– que espere hasta que le haga señales que propicien un encuentro más vivo. Es jodido querer recibir y no poder hacerlo. (10:24 horas) Había previsto visita de Urce y Marisol, pero todo se ha torcido por azares tristemente humanos, y lo siento, porque su presencia fugaz suponía un poquito de oxígeno para mí. Tenía preparada la edición de los talleres de poesía de Madrid con la misteriosa intención de escrutar en sus caras el resultado de mi curro... Otra vez será, amigos,

Jurij Brězan

De pronto, hoy, como traída por los vientos ábregos, ha llegado una lluvia de realidad que me ha dejado inundado y vulnerable. Sin quererlo, he notado todas mis responsablididades como un cáncer a punto de entrar en metástasis: Tres hijos hacia la nada, una casa con miles de gastos, siete nóminas que pagar cada uno de los meses del año con sus seguridades sociales, siete u ocho créditos que ocuparían tres vidas de pagos, un porrón de gastos generales de orden empresarial, inversiones en maquinaria... los padres y los suegros... la muerte hacia adelante con El Sornabique... las palabras que ya no saben llegar... «Hay que ser valiente, atrevido, audaz... no hay que tener miedo», me dice una voz adentro, pero la jodida realidad me dobla el espinazo cada tres minutos. Triunfar es una mierda traída por el sistema social en el que estamos inmersos, una mierda inmunda que viene acompañada de prisa, estrés, dolor de espalda, falta de sueño, competencia y constante sensación de fracaso y de fal

Hồ Xuân Hương

Noticias de Belén acompañadas de «La risa de Dios», una deliciosa edición de Eduardo Fraile sobre la obra de Pedro Casariego Córdoba con vuelco al galo de Belencita... Para no perdérselo. Y el día, de perros en lo meteorológico y de gatos en las tripas, con ganas de chillar hasta hartarme o de arañarme la cara. No funciono bien y apenas me entiendo con mis amigos –y es que no me entiendo a mí mismo–. Por tanto, vuelta al encierro, a no hablar, a no comunicarme, a fumar Chester como un imbécil y a deteriorarme en la incapacidad poética que ya es algo endémico en mi cabeza y en mis manos. Todo es confusión a la hora de buscar a las jodidas palabras que se esconden y percibo el mundo cercano lleno de una hostilidad incómoda... me siento amenazado por algo que no sé definir, pero que me ataca con saña. La solución es no hacer nada, dejarme pasar y soñar con esa soledad a la que siempre he nombrado como felicidad, soledad en un lugar alto, verde, casí sin gente, con lluvia constante y con m

Aboul-Qacem Echebbi

Comienza la mañana de buenas maneras, con paquete de la pucelana Fundación Jorge Guillén conteniendo un sabroso volumen de Roberto Ruiz, «Ironías», filósofo emigrante por azares guerracivilinos a tierras americanas –me apetece un montón meterme en su lectura–... Y una sorpresota que viaja desde Jaén, la revista «Paraíso», en la que me complace encontrar en créditos al bueno de Juan Manuel Molina Damiani –tengo ganas de volver a contactar con este tipo especial y valiosísimo–, a Antonio Chicharro, al que conocí en la presentación de mi libro «Sesión continua» y me pareció hombre de fiar... y encontrarme con las ilustraciones deliciosas de mi Abraham Gragera... !Bien por los de Jaén!... Y, de remate, el bellísimo catálogo «Exposição das edições de biblofilia [Menú] cuadernos de poesía» enviado y dedicado por el mismísimo hermano conquense Juan Carlos Valera, una de las mentes más lúcidas, originales y atrevidas de nuestro tiempo. Me alegro de que mi Juan Carlitos favorito se pasee ufano

Euphrase Kezilahabi

Debo pensar en lo que no tengo, en lo que no siento, en lo que no me pertenece... y considerarlo como materia poetizable para enredar todas las pistas que ya he dado sobre mí. El hombre que se muestra es vulnerable, y yo me muestro demasiado y bastante desnudo. No es lo mejor, lo sé, pero es más práctico. (12:03 horas) No, no soy un héroe, pero tengo pasiones profundas que a veces me podrían llevar a serlo, porque los héroes se modelan con la contradicción y las pasiones –yo padezco de los dos males–... Sólo falta el componente exterior, convocar la pasión hacia mí, y eso es complicado. Ser antihéroe requiere también de los mismos compuestos. En fin... me consuelo con el pensamiento redentor de que los héroes deben dejar cadáveres a su alrededor para serlo, y a mí me da miedo la sangre... hasta pensarla. ... También a veces me gustaría ser Giuseppe-Gioachino Belli y enredarme en sonetos romanescos de burdeles y papas, de curas y truhanas, de relajos y pollas jugando a metimientos, de p