Me hubiera gustado ser como Falstaff –o como Oldcastle, que es justo lo mismo–, un gracioso caballero bebedor, gordo hasta estallar y juerguista hasta la muerte. Ser como Falstaff para recibir a mis amigos como se debe, con cenas Pantagruel y perfidias Maldoror... Ayer pasaron por Béjar Tony y Miguelón... y sólo pude tomar un triste café con ellos... ¡Joder!, después de tantos años sin vernos y de tantos buenos años pasados juntos... un triste café de mierda. Por eso también le dije ayer a Maite –que me propuso visita– que espere hasta que le haga señales que propicien un encuentro más vivo. Es jodido querer recibir y no poder hacerlo. (10:24 horas) Había previsto visita de Urce y Marisol, pero todo se ha torcido por azares tristemente humanos, y lo siento, porque su presencia fugaz suponía un poquito de oxígeno para mí. Tenía preparada la edición de los talleres de poesía de Madrid con la misteriosa intención de escrutar en sus caras el resultado de mi curro... Otra vez será, amigos, ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador