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Mostrando entradas de agosto 9, 2009

Despedida de soltero de Youssouph.

Anoche nos reunimos casi treinta amigos para celebrar la despedida de soltero de mi You en La Venta del Bufón. Entre los presentes contábamos con Colí [el padre de You], Paté [el tío militar de mi chiquitillo] y Papus [el primo del niño que trabaja en La Bolsa de Londres]. Todo salió magnífico, a pesar de que yo tenía cierto temor al momento de las bromas [que iban a llegar de las manos de Paquito y de Joselín, que ambos están como cabrillas locas], pues no sabía cómo podía reaccionar Colí al ver a su hijo humillado (?), pintado de blanco y con una polla de 90 centímetros colgada de la cintura … y, la verdad, el tipo aguantó, aunque tuvo algún momento difícil en el que se levantó de la mesa con carita de susto… pero todo quedó en eso y muchas risas. Yo andaba cansadito y no di demasiado de mí [sobre todo, sabiendo que hoy es la boda y tocará otro empujón al asunto]. Dejo algunas imágenes del evento. Tengo como sensación de Topo Gigio, con caída de ojitos incluida, cuando pienso que es

Ganarse cada día...

Llegó Colí, el padre de You, junto al resto de su familia, y nos emocionaron a Juan y a mí hasta las lágrimas con las palabras que nos dijeron... luego nos hicieron entrega de un delicioso presente, un corte de tela para hacernos un traje senegalés cada uno. Estoy francamente emocionado. ••• En todo el tiempo ya vivido, he aprendido que un hombre [utilizo el génerico, se entienda] debe ganarse cada día para merecer ser nombrado como tal, que no sirve ‘decir’ con pompa o trueno… con esa calidad didáctica del que echó diez mil horas en formarse [porque pudo y quiso o le obligaron las circunstancias y el medio] para ser la dialéctica hecha carne… con esa lucidez impresentable de quienes solo miran por sí mismos cuando se enfrentan a la realidad de los demás y del mundo… con esa cosa de arañar minucias aprovechables poniendo dignidad en el arañe. Un hombre debe hacerse cada día, independientemente de que sus días anteriores hayan sido los del triunfo o la suerte o los del cruel fracaso… un

Resulta que Claire tenía húmero en la pierna izquierda...

Resulta que parece ser que la cosa era de tipo vírico, y en esos presupuestos médicos todo se arregla con paracetamol y tiempo [y sin paracetamol y tiempo, que viene a ser lo mismo]. Ya voy para cinco días con el marrón vírico de los cojones y con tanto vomitar, tanta fiebre y tanto no comer, me he puesto en los ochenta y cinco kilos, algo que mi cuerpo no conocía por lo menos desde el año 1981… y que estoy hasta los cojones de este verano que me está saliendo completito… y, por si no fuera suficiente, resulta que Claire tiene húmero en la pierna izquierda y solo se le ha ocurrido que rompérselo… oye, que tuvimos la mañana cabrona de calor y alzando y encuadernando revista de fiestas de Hervás [mi hijilla MA me acompañó toda la mañana… y ambos sufrimos mareos por el calor excesivo y la reciente salida de lo del virus cabrón]… y a las dos terminamos y, abrazaditos como dos borrachillos [era la estampa, a qué negarlo], nos llegamos hasta el coche para acercarnos a casita a comer y a rel

Somos de cemento y plástico...

Oye, somos de cemento y plástico, y todo tiene un aspecto extraordinario, todo parece comestible y quizás hasta lo sea con el componente preciso y los colorantes y edulcorantes de los cosmopolitas… no hay necesidad fuera de la propia necesidad en este mundo irreal en el que los centauros son la misma naturaleza del dios de los objetos imposibles… aquí todo se puede y la morgue queda para el pantano, ese lugar que jamás se visita… también somos simétricos, la pura simetría que ilumina lo bello como si fuera una energía o el ángel que quiere ser diablo, somos parte real y parte reflejada que nos trama y completa… simétricos… en este mundo los cuerpos no se sostienen con esqueleto y, sin duda, no hay dudas. Aquí nadie se confiesa, porque todos pertenecemos con el mismo porcentaje a la mentira de este entusiasmo azul metálico, y hay sensación de triunfo en cada esquina iluminada, y el caníbal se besa con la mujer que acaba de levantarse de la siesta… y hay un poeta pagano que no aprendió

Dejar a la muerte que entre con mansedumbre...

Día 9 de agosto de 2009 A veces me cruzo con ciertas personas y me da la sensación patente de que llevan la muerte encima… no sé por qué… pueden ser ancianos o jóvenes, mujeres o niños… me da esa impresión y basta… no sigo pistas ni me preocupo de si hay algo asociado a esa sensación. Solo la tengo…. y junto a ella siempre viene un cabreíto por no saber asumirnos. Me explico: ayer mi suegro hablaba de no sé quién que, con 82 años, sale a tomar vinos todos los días… y ponía el grito en el cielo porque eso le parecía una locura… ‘con 82 años tenía que estar recogido en casa y cuidarse’… esa actitud me crispa, oye, cerrar la vida que te queda en un ‘estar recogido en casa y cuidarse’ [claro, no dice que esa actitud trae consigo un alto régimen de esclavitud de quienes te rodean]… cuando uno va cumpliendo años y va quemando etapas, lo primero que hay que hacer es ‘alegrarse’ un montón por haber superado las medias de expectativa de vida de un hombre normal, y lo segundo es asumir que el c

Claire o el absurdo político de la "gripe A".

Día 7 de agosto Ha vuelto Claire desde el París del humo y los gatos, después de 16 años, y me ha traído la insoportable levedad del tiempo en combinación con el hombre y todo un tratado pormenorizado de la soledad. Claire habla en castellano con la lentitud de quien busca cada palabra en su diccionario mental y no la pronuncia hasta conocer todos sus significados, ríe bonito cuando ríe [ahí es donde encuentro a la Claire de antes] y habla constantemente de enfermedades y muerte. Sus labios han tramado unas leves arruguitas [traídas de seguro de pronunciar esa “u” francesa] y camina con una parsimonia destartalada que le viene de unas cuantas operaciones de clavícula. Claire ya no viste como antes… ahora luce ese ‘splash’ de turista centroeuropeo que la ubicaría en cualquier ojo muy alejada de ese statu social que tiene en Francia [ella es psiquiatra]. Aún hemos conversado muy poquito [tiene algo que ver en ello su lentitud mentada], pero ya sé que no le gustan nada las espinacas envas