Tres esquelas de sábado en la esquina y el monte de El Castañar rezumando xantofila desde sus cimas suaves hasta su falda. La ciudad está tomada hoy por los madrileños, que han madrugado para comprar viandas de cerdo ibérico y para barrer el pan de las panaderías con cierta cosa invasora. Odio estos días de puente en los que me puentean en mis lugares fijos, en los que no encuentro ni pan… ni mi sitio de siempre para tomar café tranquilo. Me encierro. Y pienso en que estos días podrían servir para coronar unos muslos con las manos, para hacer el amor en una acera o para ser el fauno que sostiene su miembro lubricado a base de pensar mujeres tendidas sobre la hierba. Soy el no casi absoluto y ardo en la cuerda de Gonzalo Alonso-Bartol, en su ‘Palabras para un cuerpo’, mientras me ofusco en Google buscando ‘vintage old sex’ o ‘naked female’ o ‘erotic mature’… Hoy necesito carne sobre carne, curvas, senos, humedades… porque tengo en el estómago mariposas calientes y necesito una estética ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador