Sé que pertenezco a la generación que lleva sobre los hombros el dolor de la “Migrant Mother” que posó sin querer en Nipomo para Dorotea Lange en el 36, como soy del Cartier-Bresson del “Place de l’Europe in the rain” o de las imágenes Marilyn de Bert Stern, o del Che del 63 captado por René Burri, o del Gerard Malanga chicharreando su flash en la mismita vorágine de la Velvet Underground de Andy y Patti Smith… y, cómo no, del Mapplethorpe más Montoya o del Joel-Peter Witkin de “Leda” que jugaba a la contrarreforma de la escoria social presentada por Sebastião Salgado. Sé que pertenezco a un siglo completo de imágenes en blanco y negro… y eso me hace ver a mi generación completa en esa presentación al cromo en papel brillo, saturarme de esos precedentes hechos utopía de papel siempre vivo. Por eso soy más de fotografía que de pintura [en el frente de mi despacho preside una enorme fotografía original de JAM Montoya –nunca tuve dinero para adquirir originales de los otros maestros– que ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador