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Mostrando entradas de enero 24, 2010

Sextillas de entrenamiento.

EL AUTOR SE PIEQUIEBRA Y JUEGA A MANRIQUE Ahora que me siento viejo para lo de hacer deporte como antes, me vacío en el espejo para buscarme otro norte sin delantes. Mirándome allí me encuentro que del físico gastado por los años me queda un resto en el centro al que recurro asustado, sin reaños. Miro el rostro y sus señales, el cuello y sus nervaduras preocupantes, la espalda con sus puñales, la tripa con sus gorduras diletantes... Observo bien mi perfil, que un día fuera pagano, primoroso, y hoy se parece al alfil que movido por mi mano va hasta el foso. Las nalgas se van cayendo por esa gravedad dura, inexorable, y el sexo se me va yendo y no tiene envergadura ni ya es sable. En resumen, a qué más, de esta mirada de cerca, que desola, me quedo con el compás que me mantiene en la terca caracola. Vista ya la dentadura de este marchito jumento mal trotado, me pregunto si en la dura cuenta de lo que ahora cuento queda un dado. Si queda, yo he de lanzarlo, que hay que jugar aunque truene

Palabras para Claudia (III). Hacer para hacerse.

Mira, Claudia, ‘hacer’ es fundamentalmente para ‘hacerse’ uno mismo, crecerás en la medida en que te mezcles con el mundo y tomes decisiones, irás siendo a la vez que tomas consciencia de que debes entender el mundo y te pongas a ello... y los temas son dos o tres, no te creas que hay más... Sí me parece fundamental tener claros algunos conceptos. El primero es el de la ‘inexorabilidad’, eso que va a suceder independientemente de que tú lo quieras o no lo quieras, eso sobre lo que no tienes decisiones posibles [la muerte, los fenómenos naturales...]. Tener claras las circunstancias inexorables que te rodean ayuda mucho a racionalizar tus tomas de decisiones, pues te descarga del peso que supone el trámite de pensar en ello [va a ser, para qué darle vueltas]. Luego está la ‘lógica’, ese trámite que te indica que algo va siempre antes de otra cosa, y no después, ese tener claro cada proceso antes de iniciarlo. Después está la ‘sensibilidad’, que siempre es fruto del desarrollo individual

Palabras para Claudia (II). De la Injusticia.

Mi querida Claudia, no sabes cómo me ha impactado conocerte [y eso que solo cruzamos palabras un par de minutillos]... creo que voy a dedicarte algunas entradas de esta bitácora con intención rebelde y quizás también con cierta voluntad didáctica... espero que sepas entenderme. No te fíes jamás al primer golpe de vista de quienes se rebelan contra la injusticia, Claudia, pues todo tiene sus dobleces y este tipo de rebelión guarda bastantes puñales detrás de cada una de sus esquinas, pues, en nuestra candidez, solemos pensar que quien se alza contra alguna injusticia posee un sentido claro de la justicia [nada más alejado de la realidad]. Normalmente, quien más alza la voz, quien saca las uñas más largas, quien muestra más interés contra una causa injusta es el ‘injusto’ que se siente engañado por algo o por alguien... el verdadero rebelde es un tipo tranquilo que no muestra furia ni pide venganza, un tipo que no muestra su indignación con desmesura y que es capaz de mirarse siempre an

Palabras para Claudia.

Me gusta compartir algo de tiempo con los jóvenes, saber de qué va su rollo, qué buscan, qué esperan, qué pretenden... me siento bien con ellos y me asombro gratamente al verme en sus miradas exactamente igual que cuando yo tenía sus ganas y sus miedos... Ayer, en Mérida, me medio riñó una chiquilla de ojos vivos porque me confesé vencido en público... me dijo: “que sí, que podemos cambiar el mundo y no hay que rendirse...”. Yo sonreí mientras me perdonaba por haberle dado, también en mi charla, pistas sobre la falsedad de mi confesión de vencido. Le di dos besotes y le firmé el cuadernito que contenía mis versos... y después pillé mi coche para volver a casa. Durante todo el viaje, que fue largo, no se me quitaba de la cabeza su mirada... ni tampoco sus palabras. ¿Qué coño puedo hacer yo a estas alturas para cambiar el mundo?... ¿qué no habré hecho ya para intentarlo?... ¿cómo podría yo unirme al ímpetu de esa chiquilla para hacer que salten chispas?... eran las preguntas que me asalt

Sobre cierto tipo de fidelidad y unos textos golosina.

En la amistad y en el trabajo hay un concepto irrenunciable para una persona que, como poco, desee serlo en términos positivos y humanistas. Ese concepto es la ‘fidelidad’, el mantenerse firme siempre junto al otro a pesar de lo que suceda, el valorar el tiempo pasado en convivencia y en mantenerlo sin pararse a sopesar ganancias o ventajas nuevas, en ser juntos bajo cualquier condición y en salir adelante con apoyo mutuo... sin esa fidelidad vamos mal, vamos justo al ideal fascista que tan bien me definió hace un par de meses el amigo Antonio Garrido [al que desde aquí le envío un abrazo inmenso]... cuando uno no mira más que para sí mismo, cuando todo lo mide en centímetros de beneficio propio, cuando por un miserable tener algo más se echa por tierra todo un tiempo de relación y de experiencias comunes, cuando la acción en el propio beneficio [grimio el común de las veces] destruye los lazos hechos durante años, cuando se pone el oportunismo por delante de los valores... el tipo que

Bonito lo de Mérida...

La Literatura es muy generosa conmigo, pues me propicia de vez en cuando viajes estupendos con los gastos pagados en hoteles magníficos y además con algunas pelillas para salvar el mes al uso. Salí de Béjar ayer y estaba nevando. Mi coche lucía un blanco hermoso y el frío era intenso. A la altura de Hervás ya se había deshecho toda la nieve que acumulaba el auto y el termómetro exterior del coche marcaba 7º C. Hice de un tirón el recorrido hasta el Cruce de las Herrerías, donde me gusta hacer una parada siempre que hago este recorrido. Allí me tomé una Coke y me trajiné un bocata de lomo caliente, eché un ratito en revisar la prensa extremeña que había en barra [exactamente el ejemplar del día de “HOY”] y me descojoné al encontrarme en la sección de cultura con que me habían confundido con la escritora ultraconservadora Ángela Valvey [mantengo un maridaje extraño con Mérida y la Literatura, pues ya me sucedió allí hace tiempo otro hecho mínimo extraordinario con Alfonso Ussía, otro tor

Cuartetos encadenados, mi entrenamiento de hoy.

UNA HISTORIA GUTENBERG, Y CASI REAL, DE ENTRENAMIENTO EN CUARTETOS ENCADENADOS Vino a verme don Pero, que es un mero que me encarga trabajos en la imprenta, y me pilló entre el yellow y el magenta pensando en mis problemas para enero. Invitele a pasar a mi despacho con el respeto justo a su consumo, aunque no recordé que olía a humo porque había fumado hasta el empacho y a don Pero los humos no le gustan, porque no es fumador y es puñetero cuando ve preñadito un cenicero de colillas que huelen y que asustan. Ofrecile yo asiento y se sentuvo, y yo me acomodé en el orejero esperando con ojos de imprentero que don Pero encargase por un tubo. Abrió su cartapacio con boato y sacó de su entraña papelotes que mostrome seriados y por lotes mientras me daba idea del formato. Le entendí a la primera, soy buen socio, y anoté su encargote con detalle: cuarentamil revistas de ese talle que lo llaman acuatro en el negocio, todo en cuatricromía de la buena, con maqueta completa y revisiones, con las

Vigilad vuestros pasos...

Castores en la charca edificando en círculo una isla, la hora de la merienda, Costafreda, redomas en el mar de los sargazos [el mundo es pura química y ensayo], la luz en el umbral del cielorraso, los zapatos corinto del 80 [eran Sebago], los mirtos en alguna primavera, Gardel en Sonigram, las noches en la luna de Valencia, Gotthold con su discurso Lacoonte, la hierba en el Edén, el ritmo Gorostiaga al fondo de Las Armas, el pisco, Rampa, Odette, casullas en silencio por las calles, un Minute Maid free french, una boina de chica, tú de espaldas, el horizonte, el tren, Govinda, Fendetestas, Coca-cola, Ducados, el Zurguén, caritas primorosas a las doce, ¿qué hay para comer?, dislates, causas justas, globulina, Girondo, Cadaqués... y llamar a clientes para ver si necesitan que les haga algún trabajo, y aguantar sus historias tristes [que son como la mía], y acudir a la Caja de Ahorros para calmar las cuentas, y firmar las cartitas con acuse de Hacienda, y desdoblar los días de trabajo sin

Vuelta a Mérida...

Os dejo noticia de mi actividad para los próximos dos días en Mérida. Si andáis por allí, estaré encantado de saludaros. Cultura Extremadura El autor salmantino Luis Felipe Comendador visitará este martes el Aula Literaria 'Jesús Delgado Valhondo' de Mérida Autor polifacético, ha publicado poesía, novelas, aforismos y ensayos. MÉRIDA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) - El autor Luis Felipe Comendador visitará este martes, día 26, al Aula Literaria 'Jesús Delgado Valhondo' de Mérida, visita que supondrá la número 66 de un escritor al aula emeritense. Luis Felipe Comendador es un poeta, editor e impresor español nacido en Béjar (Salamanca) en 1957. Autor "polifacético, ha publicado poesía, novelas, aforismos y ensayos. Parte de su amplia obra está contenida en 'Notario de las horas'; 'Sentado en un bar'; 'Paraísos del suicida'; 'Vuelta a la nada'; 'El amante discreto de Lauren Bacall'; 'Con la muerte en los talones'; 'El gato

Un soneto doblado de entrenamiento.

LA AMADA DA MUESTRAS DE LA BONDAD DE SU AVARICIA Paseo entre los coches como ido, contrito y revenido, porque el mundo deviene desquiciado para estos ojos verdes de un cansado, despoliglotizado, que ya no entiende nada de lo sido. Intento entretenerme en lo fingido, por estar distraído, pero nada propicia que mi estado me lleve a ser un dios del otro lado, absurdo anonadado... Quizás es que lo tengo merecido. Así las cosas, sueño con la muerte, con su razón final y su justicia –y no es que sea delicia– para encontrar descanso en su aguafuerte. Y mientras pienso en ello, tu caricia viene a salvarme presta, tengo suerte, –justo la de tenerte– porque siempre me salvo en tu avaricia. © lfcomendador 2010 * El 'soneto doble' o 'soneto doblado' es una variante del soneto que consiste en añadir un verso heptasílabo tras cada verso impar de los cuartetos [1º, 3º, 5º, 7º] y otro tras el segundo de cada terceto [10º y 13º], con lo que el poema resultante tiene, en lugar de los cat