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Mostrando entradas de febrero 8, 2009

Bebida de soja.

14 de febrero de 2009 Guillermo perdió su partidito de basket esta mañana y yo me desgañité gritando en el pabellón como un padre al uso, que si ‘¡coñoooo, no hay sangreeee!’, que si ‘¡bajaaaaaa a defendeeeeeer, jodeeeer!’... el caso es que nos dieron pa los hocicos porque no hay esquema en el equipo y los críos no saben qué hacer ni cómo reaccionar ante niños más grandones y que saben colocarse en la pista. Ya lo digo siempre, coño, si no se sabe jugar a basket, hay que jugar a otra cosa a la que sepamos jugar, ya lo digo siempre, ya lo digo, coño... hay que jugar al corro en la zona propia o a tapar la calle para que no pase nadie... esa debiera ser nuestra defensa, siempre cerrados en corro y nadie pisará la zona [eso conseguirá obligar al equipo contrario a tirar desde fuera, y estos niños no tienen aún fuerza ni tino para eso]... y en ataque, jugar al ‘matao’, pero pillando la pelota en vez de esquivarla... y en los tiros a canasta, jugar solo a darle al cuadro pequeño con el baló

El cofrecito del sándalo.

13 de febrero de 2009 El cofrecito que atesoraba el sándalo contenía la cura del espanto. Era una caja antigua que heredé de mi abuela, chapada burdamente, por algún artesano sin sustancia, con estaño mal repujado sobre una base informe de madera de pino. Cuando el día iba mal, la abría con cuidado –siempre a solas– y encendía una pebeta, y la soplaba. Así sahumaba todo hasta encontrar un punto en el que caía hasta el descanso relajado en el olor... hoy la echo de menos, como echo de menos la lumbre compartida y el pudor, o aquellas penitencias salesianas después de haber pecado, o el primer esperma. Nunca supe trazar aquel primer esperma involuntario y sus muertos pequeños, pues nadie me enseñó que tenía un hígado y dos riñones y que me debía a ellos por encima de cualquier otra cosa, nadie me enseñó que no debía eviscerarme jamás y solo me serviría intranquilizarme por ello, no por todas esas otras cosas por las que me intranquilizo. Junto a mi cajita aprendí a apreciar poco a poco e

Momentos transversales.

12 de febrero de 2009 PARTE DE GUERRA • Youssouph ha sido despedido de su trabajo [agradezco a la empresa ‘Real de Béjar’ el tiempo que ha pasado currando mi chico y espero que no haya dejado mal recuerdo]. • Malick ha suspendido de nuevo el examen práctico de conducción y tendrá que renovar papeles [y el jodío lleva ya un mes y medio en paro]. Gracias a la autoescuela y a Tito. • Estoy cansado y harto [aquí no doy las gracias]. • Me duele el cuello [sumamente agradecido a mi coche por frenar en seco]. • No tengo ganas. ••• Recibí con alegría noticias del magnífico poeta y amigo lejano Antonio Manilla. Me llegó esta mañana su nuevo librito nuevo, “Momentos transversales”, que ha sido acreedor del premio José de Espronceda [Antonio se lo merece por obra y por vida], y ya le he metido el diente a esa edición Pretextos para sentir versos de los buenos entrándome otra vez por los ojos. Antoñito es un poeta muy recomendable, capaz de escribir como sigue: ASUNTOS DE LA LÍRICA El niño que bus

Hoy amago.

Siempre me molestó la falta de claridad, la doblez, la puñaladita en la espalda vestida de oropel y gestos dulces... como me molesta mucho que personas torcidas de siempre tomen riendas y decisiones, que gente que no ha hecho en la vida más que victimizarse y mamar de la teta ajena acaben urdiendo sus tramas telarañeras y en ellas arrastren a algunos que llevan encima valores de verdad... pero, desde que el mundo es mundo, siempre hubo vencedores/as de este jaez y de esos usos. ¿Cómo puede sujetarse que quien solo merece desprecio por sus hechos termine gozando de statu y rentas, de poder omnímodo y de esa ‘sabiduría’ llena de necedad que viene de la herencia artificial y de agotar los recursos de unos buenos padres? En la vida de cada uno siempre hay alguien así, y soportamos su trámite totalitario con ira y ganas de golpes, y aguantamos sus desmanes con ese ‘para comer mañana’ tan necesario a veces. Yo sé que el tiempo termina poniendo a cada uno en su lugar, pero me jode el mientras

¿Ser lo que miras o ser como miras?

10 de febrero de 2009 Hoy vi tristeza en los ojos de un amigo, y eso me preocupa, porque los sucesos llegan, nos tocan y pasan... pero la mirada compila y deja un rastro interior que es difícil de abarcar. Da igual que las cosas vayan bien, regular o mal... si la mirada quiere comerse el mundo y agotarlo, hay futuro... pero si la mirada decae, todo tiende a buscar torceduras y raras dobleces. El mundo está duro para casi todos... la verdad es que siempre lo estuvo, pero hay que tirar de los recursos que tiene la sonrisa y caminar hacia ninguna parte con ganas y con hambre, con la frente abierta. Quiero pensar que esta mirada triste de mi amigo es solo ocasional, que cambiará mañana por esa otra mirada tan suya que es capaz de todo. Yo intentaré poner lo que pueda de mi parte. [a Pepe H.] ••• Acuso recibo del último poemario de Encarna Lara [“Desde la orilla”], editado por el Ayuntamiento de Cuevas de San Marcos. Gracias por acordarte de mí, Lara. Lo leeré con cariño y atención. ••• Cam

DJ.

9 de febrero de 2009 Estoy metido en la lectura del guión “DJ”, de Paco Ortega y Nuria Barrios –que me ha pasado Paquito para que le eche un vistazo y opine–, y me parece que puede llevar a una peli estupenda [no sé cómo aún no me ha dado por escribir guiones de cine, que no me parece un trabajo difícil y, además, admite un trazado poético que siempre me ha apetecido... lo mismo me pongo manos a la obra, porque soy un ‘culo veo, culo quiero’]. El caso es que me saca de mi mundo paranormal esta lectura, y eso es bueno, me pone en el aeropuerto de París y me hace flipar. Gracias, Paquito, por el buen ratinín que me estás propiciando. Y que por la tarde estaba medio feliz, pues la mañana imprentera se me dio bien y todo se destorció un poquitillo, y que llegué al café y estaba mi Tattoo montando el número –ya le habían negado hasta un vaso de agua por faltón–, y que me saludó y me dio un beso en la mejilla [que es muy cariñoso cuando le da], y que me dijo que si podía beber de mi café, y

Jo, a ver si alguien me ayuda a recordar...

Me envía Pacolín una serie de fotografías del año 1977, y mirándolas recuerdo los nombres o los apodos de muchos de los chavales con los que convivimos en aquel tiempo feliz y desatado: Javier Riobó, Jesús y Modesto Flores, Esteban y Ángel Palma, Iche Montero, Muriel, Cucurucho, Fernando Bote, Bereciartúa, Mazo, Rodolfo Bartolomé, Javivi, Busquet, Paulino Matas, Gerardo Rico, Santiago Sevilla... Me encantaría recordar los demás nombres, saber qué ha sido de cada uno, en qué andan, cómo les ha tratado la vida... sería rechulo que alguien viera estas fotografías y comenzase el proceso. Yo contaré lo que sé de algunos: • Javier García Riobó reside en Valladolid y trabaja como reprógrafo para la Junta de Castilla y León [se puede ver su blog en mis destacados]. • Esteban Palma es médico odontólogo, reside y tiene abierta consulta en Béjar y nos vemos con mucha frecuencia [es el dentista de mi familia]. • Ángel Palma creo que tiene una línea de moda y reside en Madrid. • Iche Montero creo q

Paco Lin Yi-Chin.

8 de febrero de 2009 Corría el año 1977 y yo andaba entonces estudiando Biológicas en la Facultad de Ciencias salmantina. Vivía, por uno de esos raros azares de la vida [el año anterior había vivido/bebido en una buhardilla de la calle Meléndez y mis padres tuvieron que poner freno], en una residencia de curas que se llamaba –no sé si aún existe– Residencia de Estudiantes Rodríguez Risueño [allí coincidí con tipos importantes en mi decurso de ascenso/descenso y también conocí por vez primera el olor de la muerte y su daño]. Pues la cosa es que los curas que regentaban aquella residencia –no recuerdo su orden ni su oficio– tenían por costumbre traerse a estudiantes orientales como becados para que cursaran estudios en Salamanca, y de ahí me llegaron dos amigos entrañables con los que pasé horas hermosas: el japonés Daisuke Kido –guitarrista de flamenco y hombre serio donde los haya– y el taiwanés Paco Lin Yi-Chin –una hermosa caja de sorpresas que poco a poco me fue enseñando el valor d