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Bebida de soja.


14 de febrero de 2009
Guillermo perdió su partidito de basket esta mañana y yo me desgañité gritando en el pabellón como un padre al uso, que si ‘¡coñoooo, no hay sangreeee!’, que si ‘¡bajaaaaaa a defendeeeeeer, jodeeeer!’... el caso es que nos dieron pa los hocicos porque no hay esquema en el equipo y los críos no saben qué hacer ni cómo reaccionar ante niños más grandones y que saben colocarse en la pista. Ya lo digo siempre, coño, si no se sabe jugar a basket, hay que jugar a otra cosa a la que sepamos jugar, ya lo digo siempre, ya lo digo, coño... hay que jugar al corro en la zona propia o a tapar la calle para que no pase nadie... esa debiera ser nuestra defensa, siempre cerrados en corro y nadie pisará la zona [eso conseguirá obligar al equipo contrario a tirar desde fuera, y estos niños no tienen aún fuerza ni tino para eso]... y en ataque, jugar al ‘matao’, pero pillando la pelota en vez de esquivarla... y en los tiros a canasta, jugar solo a darle al cuadro pequeño con el balón [eso arroja un 25% de aciertos seguros]... y no me hacen caso, coño, no me hacen casooooooo... solo juegan a reunirse junto al balón, apelotonados, y en el momento en que hay un solo niño con un puntito de chispa, nos engaña constantemente y ya estamos destrozados. ¡Me encanta el basket!
Me relajé haciendo los mandados de casa, el pan, los huevos... y la bebida de soja para Geles, un líquido acuoso y blanquecino que me pone de los nervios solo verlo salir de su envase.
•••
Bosteza, petimetre, bosteza como un rumiante y firma los talones de los días postreros para esa oscuridad que se avecina, bosteza como el alfil de los depredadores y firma los adioses de mañana con tu máscara de resignación y esa parva sonrisa de camello que no sabe condescender... bosteza y siente el sabor del vómito en la boca mientras expulsas tu niebla hacia los otros... bosteza y que te chirríen las mandíbulas de viejo que ha de morir un día como mueren los que no se lo esperan.
Crepita en la hoguera la mano blanca del vencido y huele a carne hecha. El foco se dirige ya a tus ojos. No parpadees. Sigue.
•••
Desobedece, viejo, siéntete espantapájaros y aplasta al escorpión con tus botas Segarra, determina las crisis de Luna y arbitra las mareas con tus artimañas. Escandaliza, viejo, aunque sea mostrando tu desnudez en una liturgia al aire libre. Grítale al mundo tu gran valor, el de ver en los ojos de las tiernas solteras todo el universo, sé escorial de ti mismo, gatea y araña en las calcomanías mojadas de saliva, haz el rito de España a solas mientras habla tu vientre con esa admiración del último alimento recibido, sé esencial ante la pantomima... yo te lo agradeceré... y uno ya es bastante.
•••
Digiero mal las lunas y a las hembras humanas, soy un caníbal viejo con los dientes gastados, un caníbal mayor que bosteza en la noche y se estira con calma al salir de las fauces del lecho. Los caníbales también sentimos pereza de devorar, como sentimos envidia de los que se comieron entera a la mujer de los muslos extensísimos y la comenzaron por el vértice. Mi problema mayor como caníbal es que siempre me gustó la carne muy hecha, y en el asar quedan ya solo huesos de lo que fue una arquitectura perfecta de pezones y nuca y glúteos golosos y blandas pantorrillas. Los jóvenes terminan haciéndote frugívoro con esa incontinencia y esa prisa por comer sin paladear.
Estos tiempos lo están torciendo todo, pues antes se guardaban las costumbres como una religión, el orden de los platos, el reparto de las mejores tajadas por jerarquía, el cocinado al gusto de los ancianos, la forma de comer y sus marcados tiempos... ahora todo se hace sin conciencia, sin pensar en los males de cada uno para hacerle llegar los manjares precisos [al impotente, el miembro hecho al vapor... a la mujer baldía, la vulva caramelizada... al de mal espiritual, los sesos rebozados con harina de yuca.... al tullido, los miembros que le falten y a la brasa... al mudo, la lengua y la garganta en una salsa densa... al sordo, las orejas en salmuera y vinagre... al amante no correspondido, el corazón trinchado...]... así nos va y así acabará todo.
Digiero mal las lunas y a las hembras humanas... y paso mal las noches si durante la cena pico algo.

Comentarios

  1. Un caníbal viejo o mayor no sé si eres (más bien tengo entendido que no) pero... ¡¡¡¡¡Qué guapo estás con el pelín corto, joder!!!!!!!!!!!!

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