Mandé a mi Guille a principio de semana a curtirse en un campamento escolar en Soria y me ha llegado hecho unos zorros... y mi sazón de padre se me ha quedado medio sosa de percibir cómo lo que yo cuido con mimo se deshace en cuatro días de nada. Partió mi chico de amanecida en un autobusorro con todos sus coleguillas y unos profes... iba feliz del trance y solo el jodido atisbo de un brote alérgico parecía que podía borrarle un poquitillo la sonrisa... en fin, que le despedí moviendo mi mano de derecha a izquierda y con ese nudote que se queda en la garganta de los padres cuando su chiquitillo alza sus primeros vuelos... estaba contento de que mi chico tuviera la oportunidad de abrir su mirada al mundo sin que detrás estuviera la mía... y me fui al curro como todos los días... a la media hora, recibí la primera llamada de mi chico [el mozo, como casi todos ahora, llevaba su teléfono celular a modo de cordón umbilical ocasional y virtual]... “paporro, que te llamo para decirte que no s...
Bitácora de Luis Felipe Comendador