El que todo termine repitiéndose en la vida me resulta bastante inquietante, entre otras cosas, porque el pasado contiene una dimensión terrible y porque los medios humanos hacen que cualquier repetición sea mucho más perniciosa por la enorme capacidad de mal que maneja el hombre. Sí, también se repiten las cosas buenas y agardables, pero lo catastrófico anula cualquier sonrisa por amplia que sea. En este asunto resulta sorprendente el desarrollo tecnológico y de conocimientos que ha hecho la humanidad en los últimos ciento cincuenta años: hace poco menos de un siglo apenas se conocía la naturaleza de montones de animales superiores, se creía desde la ciencia en seres míticos como el unicornio, no se había explorado el 80% del continente africano, se conocía algo de la costa de Oceanía y los polos eran asunto de un par de pirados. Si hablamos de armas, las blancas y las de fuego más simples eran el no va más. Sólo la filosofía, el arte y la literatura daban tipos importantes para el de...
Bitácora de Luis Felipe Comendador