Hoy me apetece darme un baño de prosaísmo deportivo [algo que le sorprende siempre a mi amigo Higinio –‘madridita’ de pro– , allá en su idílica Mallorca –un saludo, colega–], y voy a ponerme algo juligan: Entre mis defectos de uso está el de seguir con cierta frecuencia la Fórmula 1, asunto que debo anotarle sin sonrojo a Fernando Alonso, pues antes de él no tenía ni puta idea de este tipo de competiciones. Ahora gozo las carreras de los domingos y extiendo la hora de comer para poder degustarlas. Esta pequeña manía, que se ha convertido en gusto, me ha llevado a leer todas las semanas los comentarios, las declaraciones y los datos técnicos que preceden y siguen a las carreras, de los que he sacado algunas conclusiones pequeñas que ando intentando extender a un trabajo poético. Hasta hoy, nunca había hecho comentario alguno en mi diario sobre esta afición deportiva [ya que la guardaba como una de esas chispas sin importancia con las que pillas ánimo y relax], pero hace un ratito acabo ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador