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Mostrando entradas de abril 29, 2007

Las metas sirven para alumbrar distancia.

Mi meta en la vida es percibir con claridad todo lo que me rodea, saber cómo y para qué debo trabajar con esa percepción clara, acompañar a mi pensamiento en el proceso y dejar que el resto del mundo vaya a su bola sin que me haga caer en sus trampas ni embeberme con sus estúpidos señuelos. Algo es algo, colegas, que a punto de cumplir los cincuenta sepa, por lo menos, cuál es mi meta en la vida. Otra cosa muy distinta es que llegue siquiera a acercarme a esa meta utópica. Quizá me hicieran falta mil años… Lo llevo chungo, ¿eh? (11:50 horas) Debiera escribir un libro con el título [parafraseando a Roger Wolfe] “Días perdidos en el teléfono móvil”. El caso es que no entiendo estos cacharros mágicos y esta mañana me he pasado dos horas enteritas de reloj intentando cambiar el pin al nuevo terminal que me han colocado unos tipos de Orange. No lo he conseguido, claro, por lo que tendré que hacer un esfuerzo ímprobo y mnemotécnico para memorizar otros jodidos cuatro números. Ya me había aco

Ser feliz es no serlo.

Martillos todo el día sonando en el piso de arriba, parece que habrá hotel para estrenar en junio. La mañana fue lenta, como los tristes bueyes mesetarios sometidos a un yugo de labranza. Maqueté medio a salto de mata páginas de una agenda para el colega Diego Mesa, decaí con la exacta visión de mi cuenta cajaduero, me evadí tuneando un furgón lineatrés con tipografía paloseco en color blanco, compré el pan y recogí a mi muchachón en la puerta del cole. Arroz a la cubana en microondas, dos plátanos de postre, fregar los cacharrillos, adecentar las camas y una siesta en sofá con tres cojines [dos cojones]. El café en pieldetoro con ganas de sonrisas, pero no había nadie que riese mis gracias [si es que me queda alguna]. Camareras comiendo ensalada de canónigos, las tres teles flipando su melopea diaria de rajóis y marbellas, de sofías y muertos. Me entregué en cuatro sorbos por terminar deprisa y huí hacia donde estoy para esconderme un rato. La tarde se presume aburrida de larga. Volve

Deber guarda puñales.

Cuando la política se esgrime como un arma con la que atacar o defenderse, sin afán de universalizar, de extender progreso o de intentar futuro… es cuando los ciudadanos debemos hablar alto y fuerte para sacar el arma de las manos a los políticos. Mi consideración en este tiempo y en este territorio es que nunca estuvimos peor representados ni en mejor situación para rotar. No se va a hablar de economía en estas elecciones, porque no se puede hablar de economía, ya que la economía no existe cuando dos o tres graves facturas están a punto de pasar su filo por los cuellos bejaranos y nos van a dejar en dique seco para unos años. Los que vienen apenas pueden prometer si su intención es cumplir, mientras los que están se han gastado ya el presupuesto de tres vidas municipales. Dos preguntas simples: ¿Qué se le debe a Iberdrola? y ¿cuánto va a costar el cambio de matadero? Una afirmación: Las deudas de hoy las deberá pagar el ayuntamiento de mañana. En todo caso, yo qué sé; si un ayuntamien

Me encantaría desayunar cada mañana con un ingenuo.

Me encanta la calidad de los ingenuos, con esa capacidad contradictoria de ‘no ver’ lo obvio que a veces se puede confundir con simplicidad y hasta con estupidez. Pero sobre todo me encanta la máscara de ingenuo, usarla y jugar con ella a un engaño que dota al receptor de una potencia con la que en realidad no cuenta. Me he cruzado en la vida con cientos de ingenuos e ingenuas, pocos verdaderos y muchos inteligentísimos, y siempre he gozado compartiendo momentos de altura venidos de esa ingenuidad poseída o buscada. (15:26 horas) Entre la constante cortina de lluvia de estos días aparece el monte de El Castañar ya verdecido. Me gustan los ciclos bien marcados y también me inquietan. Hablando con mi hija de esta circunstancia, llegamos sin querer al absurdo de la lógica natural contrapuesta a la lógica moral [si es que la moral contiene alguna lógica]. Mientras que el medio natural impone sus parámetros de selección de forma inexorable [el ser más competitivo aprovecha mejor los recurso

de feria y sin vanidades.

Pasé el día de ayer arrecido en la Feria de Muestras de Béjar, donde tenemos un stand para dar a conocer nuestra empresa. Arrecido y haciendo el ridículo en exposición permanente, que yo no valgo para estos saraos en los que brilla la absurda avidez humana por las cosas sin valor [una procesión de tipos con la mano puesta para pillar folletos, lapicerillos, bolis, mecheros o papeletas de sorteo]. Lo positivo, pues Paco ‘Gabana’ con su generosidad habitual, su afecto y su alta disposición a lo que sea. Lo negativo, la morbosidad política acentuada por la zona vending municipal a la entrada del recinto. Salvan el asunto un par de azafatas de merendar y los tentetiesos ‘Panbesa’. Hoy otra vez. (16:23 horas) Como silbar… así permanece el recuerdo. La arena se metía por todos lados traída por un viento molesto, pero no me importaba demasiado. La playa de Punta estaba como en barbecho con vestales tumbadas acaparando el sol en sus pechos apresados en decúbito supino. Yo iba en camisa blanca

La edad es la resaca... también sus usos.

Aún con la resaca puesta de mi viaje EDITA, con el motero muertecito posado entre los ojos, como una gaviota que me devora, tosiendo todo el jodido tabaco que me he metido en vena y haciendo de feriante ocasional con su comedia. Aún casi sin voz, me estoy quitando de la resaca para volver al latido normal, aunque es jodidamente difícil cuando se anuncia el lustre de los cincuenta en el ánimo. (17:06 horas) La muerte como un boomerang lanzado que acabará golpeándome en algún lugar del cuerpo para dejarme tendido, y sin embargo es vida esa fleha lanzada hacia la nada. Ayer sentí que lo que más temo de la muerte es verla de cerca, tenerla junto a mis pies y sentirla deslatiendo un cuerpo joven. No es bella la muerte, ya lo he dicho muchas veces y lo he escrito otras cuantas, porque deja un gesto grotesco en la cara y una postura incómoda para los ojos. Y es muerte más para lo demás que para el que tomó su último traguito de oxígeno. Ayer la muerte me produjo un par de vómitos y llegó a de

Soy alma de coquina cuando vuelvo de Punta.

Llego ahora de EDITA 2007 con el cuerpo ‘biemperomal’ y con la cabeza chungalí, jodida, destruida… Pasé Jabugo y a unos pocos kilómetros me topé con un accidente bestial en el que la víctima era un joven motero. Le vi inerme, tirado en la carretera como un pajarillo muerto, con una pose inquietante por imposible. El asunto me hizo vomitar de purito mal rollo, de jodida rabia y de absoluta tristeza. Estamos todos locos. Completamente locos. Me meteré en el viaje obviando este desastre para ver si me voy olvidando un poquitillo. Al grano. Cinco conocimientos memorables que van a darme vida [creo que larga] y que son dignos de ser anotados antes de empezar: Carmen Palacios y Manuela Martínez [LALATA], Natividad de la Puerta, Paco y Fabio. El encuentro, de chuparse los dedos; y es que yo ya tenía hambre, pues hacía la friolera de tres años que no pisaba por EDITA… Los amigos de siempre, tan jóvenes y ya tan viejos, las nuevas lagartijas de la palabra enredada separando sus colas para tomar